Continúa la eterna campaña electoral en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el principal líder de la oposición, Pedro Sánchez, se enzarzan en el Parlamento Nacional con un lejano transfondo: las elecciones generales que previsiblemente se celebrarán a finales de este año. Con un tono más suave y sereno que el de semanas y días anteriores, el debate entre los dos rivales políticos vuelve a centrarse en lo mismo de siempre: las políticas puestas en marcha por el Ejecutivo, las que tiene previsto aprobar en los próximos meses y la herencia recibida.
El presidente Rajoy anunció la semana pasada que tiene intención de presentar antes del 30 de septiembre los Presupuestos Generales del Estado para 2016 en el Congreso, pese a que no dará tiempo a aprobarlos. Los socialistas ya advierten de que se tratará del primer «gran acto» de la campaña. Y el líder del PSOE no ha perdido la oportunidad de reprocharle que ya no tiene «ninguna credibilidad frente a los españoles» para, en los cuatro meses que restan de legislatura, «enmendar lo que ha desmantelado en 42».
Pedro Sánchez, que ha aprovechado la sesión de control de este miércoles para preguntar al jefe del Ejecutivo por el impacto que cree que han tenido sus políticas en el gasto de las familias, le ha vuelvo a instar -como ha hecho en anteriores ocasiones- a hablar con los 2,5 millones de parados de larga duración sin prestación por desempleo y con los 13 millones de españoles que viven al borde de la exclusión social y la pobreza. Y le ha vuelto a recriminar su falta de tacto con la desigualdad.
El líder de los socialistas ha recordado a Rajoy que su Gobierno ha aumentado el gasto educativo y sanitario a esas familias y le ha acusado de favorecer a los ricos con su reforma fiscal. «La cuestión no es la recuperación, sino quién se está recuperando. La clase alta cada vez es más alta, y la clase media más baja», ha zanjado el socialista, que en esta ocasión no ha sufrido el desprecio de Rajoy.
El presidente del Gobierno ya se había desahogado este martes en el Senado, donde aseguró que era «imposible» que «nadie» se tome «en serio» a Pedro Sánchez y volvió a aludir a sus pactos con Podemos para acusarle de lo mismo que este martes le ha recriminado el socialista al presidente: falta de «credibilidad». Rajoy ha preferido este miércoles emplear su tiempo parlamentario en recordar de nuevo la herencia recibida, defender que la situación en España ha mejorado y advertir a la oposición que no tiene ninguna intención de modificar sus políticas económicas puesto que está convencido de que «perseverando» en ellas es como los españoles conseguirán definitivamente salir de la crisis.