El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha restado importancia de nuevo a las voces críticas surgidas por el reglamento de primarias del que se ha dotado al proceso de elección de candidato a la Presidencia del Gobierno y para las listas, y ha ratificado que no presentará un equipo completo, sino de unos «50 o 60 personas» entre los que quiere incorporar nombres de «independientes».
En declaraciones a los medios tras reunirse con el alcalde de Santiago, Martiño Noriega; Pablo Iglesias ha explicado que trabaja en «un equipo que no va a ser una lista completa», y ha asegurado que, cuando se conozca, «se sabrá que no es una lista de partido, sino que busca a independientes, personas que han destacado en diferentes ámbitos». Y una lista, ha dicho, «para ganar al PP».
Sobre las voces críticas, ha dicho que son «positivas» y ha apelado al «ejemplo» que, a su juicio, supone su modelo de primarias. «Hacemos primarias en las que puede participar y presentarse cualquier ciudadano que se inscriba», ha reivindicado.
Además, ha insistido en que se establecen criterios de corrección de género y de territorio, en el caso de Cataluña y Galicia. También ha destacado que los equipos están desbloqueados, de forma que se puede votar de forma «individualizada» a cada uno de sus miembros y, decidir, así, «quién le parece bien y quién le parece mal de ese equipo».
«Son un ejemplo de apertura a la ciudadanía y, por supuesto, disentir es una característica en Podemos de la que nos sentimos orgullosos», ha definido Pablo Iglesias, quien, preguntado por si esta situación puede debilitar al partido, ha contestado que «al contrario».
«Muy vanguardista»
Al hilo de ello, ha señalado que Podemos ha sido «muy vanguardista» en sus movimientos, desde la presentación de candidatura en las europeas, en las que «se creía que no iban a conseguir un diputado y obtuvieron cinco»; hasta cuando les tomaron «por locos» cuando defendieron que no habían nacido para presentarse a las elecciones municipales y apostaron por las candidaturas de unidad popular.
«Nadie lo entendió, el argumento que se dio fue 'debilitar', y sin embargo, han reforzado las posibilidades de cambio», ha remachado.