El secretario de Relaciones Institucionales del PNV, Koldo Mediavilla, ha lamentado la «quietud» e «inmovilismo» mostrada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, frente a cuestiones como «pacificación o el proceso catalán».
En un artículo publicado en su blog, recogido por Europa Press, el dirigente jeltzale señala asimismo que «ni la inquietante irrupción de nuevas formaciones políticas» ha provocado en el presidente español una «reacción que haga despertar cambio alguno de su política y estrategia».
Asimismo, incide en que los cambios llevados a cabo en el PP han afectado «a su infantería electoral», mientras que en el Gobierno se han limitado a la salida del ministro José Ignacio Wert «por la puerta de atrás, anunciada mediante comunicado de prensa y motivada estrictamente por razones personales».
Tras señalar que la «quietud» de Rajoy ha quedado de manifiesto «en numerosas ocasiones», Mediavilla manifiesta que «hemos visto cómo el presidente español no ha movido ficha ante el proceso catalán».
«Pese a que el riesgo de fractura ha llegado a inquietar a todo el mundo, no ha cedido ni un milímetro en su tesis de que 'la legalidad está para cumplirse' en referencia a la imposibilidad constitucional de un referéndum sobre el futuro de Cataluña», señala.
Asimismo, subraya que Rajoy y «su inmovilismo ha quebrado la paciencia del más paciente». En esta línea, incide en que el lehendakari, Iñigo Urkullu, reclamó «durante años en el desierto de la Moncloa», un entendimiento sobre diversas materias pendientes. «Una de ellas la pacificación. Ni el lehendakari, ni Euskadi estaban en la agenda de Rajoy», lamenta.
Por otro lado, afirma que «ni la inquietante irrupción de nuevas formaciones políticas, alimentadas por la frustración de la sociedad española ante la crisis y la corrupción, ha provocado en el presidente español una reacción que haga despertar cambio alguno de su política y estrategia».
«Solo el batacazo electoral de mayo y, sobre todo, la pérdida de ámbitos de poder tradicionales del PP deslizó la sospecha de que, al fin, Rajoy se movería. Fueron los ámbitos internos de su partido quienes sacudieron la necesidad de cambios. Y Rajoy titubeó. Haciendo gala de su galleguidad dijo aquello de cambios no, luego sí, más tarde se verá y finalmente sí pero no», añade.
En este contexto, señala que cuando todo el mundo esperaba una crisis de gobierno, Mariano Rajoy «alteró su equipo en Génova». «Pero solo parcialmente pues los relevos exclusivamente afectaron a su infantería electoral. Y en el Gobierno, la cacareada crisis se solventó con la salida nocturna de Wert por la puerta de atrás, anunciada mediante comunicado de prensa y motivada estrictamente por razones personales. Una vez más, agua de borrajas. Rajoy el previsible», expresa.