«X el futuro de España». Nuevo lema de la próxima conferencia política que el PP celebra este fin de semana en Madrid. La «X» no es el diez en número romanos, sino el «por» que antaño utilizábamos en los SMS de móvil para ahorrar caracteres. Aunque bien podría representar al expediente X en el que parece haberse convertido la función de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en el partido. Este lunes los conservadores celebraron un Comité de Dirección importante y la 'número dos' de Rajoy no estuvo. El PP decidió lema, cerró los principales bloques de debate y organizó la conferencia política de esta semana en ausencia de la secretaria general, que se encontraba en la toma de posesión de Juan Vicente Herrera como presidente de Castilla y León.
Una ausencia llamativa si tenemos en cuenta que el PP estaba perfectamente representado en Valladolid, hasta donde también se trasladó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada. Ambos, no sólo personalidades institucionales, sino también miembros destacados del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular. Aún así, Cospedal también asistió, perdiéndose uno de los Comités de Dirección más importantes desde que Rajoy los preside. Hasta la sala de prensa, además de Pablo Casado, nuevo portavoz oficial del partido, también se acercaron este lunes los otros tres nuevos vicesecretarios (Fernando Martínez Maíllo, Javier Maroto y Andrea Levy). Los cuatro se retrataron con el nuevo lema de la próxima conferencia política, pero en esa instantánea faltaba Cospedal. Tampoco estaba el vicesecretario de Organización, Javier Arenas, aunque sus ausencias siempre han sido habituales.
En el PP insisten en que el partido no hace «nada» sin el conocimiento de la secretaria general, pero es evidente que la organización en el PP ha cambiado; y mucho. Hasta hace un mes era impensable un comité de dirección sin su presencia. Y menos aún si de lo que se iba a discutir era sobre la próxima cita importante del PP. De hecho, muchos lunes no se celebraba por la imposibilidad de cuadrar la agenda de la secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha. Una doble condición que le ha dado más de un quebradero de cabeza. Hoy, sin embargo, su presencia ya no es imprescindible.
El pasado 21 de enero fue la última vez que la 'número dos' del PP compareció ante los medios de comunicación. Desde entonces, sus apariciones públicas se han limitado a compromisos de campaña, desayunos informativos o actos organizados.
Aún hay díscolos en el partido que no entienden su continuidad como 'número dos' del PP. De hecho, durante meses pidieron con fervor su cabeza -era considerada por muchos la culpable del descrédito por el 'caso Bárcenas' o de las innumerables derrotas electorales-, pero Rajoy, lejos de dar satisfacción a peticiones tan radicales, optó por una solución más salomónica. El entorno del presidente asegura que si hay algo que «odia» Rajoy es que le marquen el camino. «Él, y solo él, decide de qué personas se rodea», aseguran fuentes cercanas al presidente. Y la continuidad de Cospedal al frente de la Secretaría General del partido fue una muestra evidente de ello.
El pasado 18 de junio, cuando Rajoy anunció los nuevos cambios del PP, hubo cierta decepción por lo poco significativa que pareció la remodelación a simple vista. Pero lo cierto es que dentro de aquella reforma fueron implícitas dos importantes novedades. Por un lado, Rajoy volvía a tomar el timón de un barco que había dejado naufragar durante los últimos cuatro años. Y por otro lado, apartaba a Cospedal de toda responsabilidad que pudiera acaparar en la estructura organizativa del PP. La mantenía el cargo, pero no era más que un formalismo. Para controlar la coordinación entre el partido y el Gobierno colocó a su persona de máxima confianza, Jorge Moragas. Para dar la cara ante los medios de comunicación se quedó con Pablo Casado, para el que diseñó una vicesecretaría a su medida. Y para ocuparse de la dirección ya estaba él. ¿Qué hará Cospedal a partir de ahora? Ésta fue una de las preguntas que comenzaron a correr como la pólvora por los pasillos de Génova,13. La respuesta sigue siendo una incógnita, ¿y la realidad? que su poder se ha diluido.