El primer Comité de Dirección reunido en Génova tras su Conferencia Política ha puesto en orden algunas de las ideas esgrimidas este fin de semana por toda su militancia. Las conclusiones finales aún no han sido publicadas. Según el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo, se harán públicas a lo «largo de esta semana», puesto que aún no han dejado de recibir propuestas por parte de la militancia. Aunque eso no significa que los conservadores vayan a estar parados estos días. Tal y como ha explicado el 'número tres' del partido, Génova ya está dispuesta a abrir el primero de los grandes melones que el partido volvió a poner este fin de semana sobre la mesa: la famosa reforma electoral. Un debate que principalmente será parlamentario, ha advertido Martínez-Maíllo, aunque no se descartan conversaciones con otros actores del «ámbito político», como podría ser el caso de Ciudadanos y Podemos. «No tenemos intención de excluir nada», ha zanjado el 'popular'.
Un viejo debate que el PP ya intentó liderar hace exactamente un año -tras los últimos comicios europeos en los que ya se empezó a poner de manifiesto el auge de las fuerzas emergentes-, y que tuvo que abandonar ante la negativa del PSOE a «cambiar las reglas del juego» a escasos meses de las elecciones autonómicas y municipales. La intención de los conservadores es presentar su propuesta de reforma electoral relativa al ámbito local los próximos días en el Congreso de los Diputados, de hecho, será el grupo parlamentario el que encargado de liderar esta iniciativa. Y a continuación es cuando el PP ampliaría este debate al ámbito autonómico y nacional.
Los 'populares' volverán a estar a merced del consenso. Martínez Maíllo, que ha sido el encargado de comparecer este lunes ante los medios de comunicación, no se ha atrevido a adelantar qué hará el PP si finalmente el PSOE se niega a discutir sobre esta asunto, tal y como ya advirtió este fin de semana la secretaria socialista de Política Municipal, Adriana Lastra, mediante un comunicado oficial. «La propuesta que va a plantear el PP es sensata, si el PSOE se niega a debatir deberán ser los socialistas los que expliquen su posición. Nosotros por el momento somos optimistas. Nuestra intención es ponerla sobre la mesa, ya veremos», ha zanjado Maíllo.
Este fin de semana, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernández, dijo que la intención es que se «abra el debate» y se pueda concluir si hubiera un «consenso adecuado». Los periodistas insistieron en que si el PP podría sacar en solitario esta reforma, ha insistido en que les gustaría hacerlo con acuerdo. «Si no, evidentemente -ha añadido-, la cosa se complicará». Este lunes, el 'número tres' de la formación no se ha atrevido ha asegurar que el consenso sea «ineludible», pero sí se ha ocupado de aclarar que «aconsejable» y «necesario». Un consenso que además podría extenderse a formaciones que aún no están representadas en el Parlamento, pero que previsiblemente entrarán a partir de los próximos comicios, como es el caso de las formaciones lideradas por Albert Rivera y Pablo Iglesias.
La propuesta que el PP tiene pensado presentar en el Congreso fue anunciada el viernes pasado por el secretario general del Grupo 'popular', José Antonio Bermúdez de Castro. Y su gran novedad consiste en crear una prima de gobernabilidad, un sistema que permita gobernar a quien gane las elecciones. En concreto, la fórmula que piensa el PP para los ayuntamientos es que esa prima se conceda al candidato a la alcaldía que logre el 35% de los votos y saque cinco puntos de distancia al segundo. Si ninguno consigue en las elecciones estas cifras, se iría a una segunda vuelta en la que sería necesario obtener el 10 o el 12% de los votos y siete puntos de distancia con el siguiente para hacerse con esa prima. Y como «última opción», en caso de que nadie obtenga esos resultados, ya se procedería al pacto «tal y como se conoce actualmente».
Esta es la primera propuesta que el PP quiere remitir al Congreso, y si es posible, aprobarla antes de que concluya la legislatura. Aunque no será la única. Los conservadores también quieren reformar esta normativa para el ámbito autonómico y general. Aunque estas propuestas ya irán incluidas en su programa electoral y no se discutirán hasta después de las próximas elecciones generales. Tal y como planteó el PP este fin de semana, en el caso de las generales, el PP propone un sistema similar al de Grecia e Italia, donde al partido que consigue la mayoría se le concede una prima de 50 diputados más para poder gobernar. Además, el PP planteó también la posibilidad de que las provincias con más población se puedan subdividir en distritos, como se propuso en la Comunidad de Madrid, para «aproximar» a los representantes y los representados.