El Partido Popular ya ha elegido a su candidato para las elecciones del 27 de septiembre en Cataluña: el polémico exalcalde de Badalona, Xavier García Albiol. Tras varios meses de incertidumbre y unas últimas semanas frenéticas, el presidente de la formación nacional, Mariano Rajoy, y la dirigente catalana finalmente han acordado que lo mejor es colocar al frente del partido conservador una nueva cara que sea capaz de «remontar» los últimos resultados demoledores que obtuvo el PP el pasado 24M en Cataluña. Las expectativas de las últimas encuestas publicadas no eran nada tranquilizadoras, y los 'populares' finalmente han optado por el relevo para internar frenar el ascenso de Albert Rivera.
En la quiniela de posibles sustitutos de Sánchez-Camacho también figuraban el presidente del PP de Tarragona, Alejandro Fernández, y el 'número dos' del partido en la región, Enric Millo; aunque la dirección regional y la nacional finalmente se han decantado por el «mediático» Albiol, a quien el PP reconoce el éxito arrollador de las últimas elecciones, aunque finalmente no pudo gobernar debido a la unión de un bloque de izquierdas para derrocarle. Obtuvo 30.559 votos, 26.890 más que en los comicios locales del 2011. Pero finalmente gobiernan Guanyem Badalona, ERC e ICV.
Sin duda alguna, Albiol representa la opción de cambio menos arriesgada de cara a unos comicios inminentes. Todo el mundo conoce al exalcalde de Badalona en Cataluña. Y aunque sus referencias no son todo lo amables que al partido le gustaría, lo «importante» es que el pasado 24M logró retener y aumentar las simpatías en un electorado que abandonaba el partido en otros municipio. Su polémica campaña sobre «limpiar» la ciudad (mensaje indirecto sobre la inmigración aunque él lo negara públicamente) levantó ampollas y no dejó indiferente a nadie. Albiol ha sido muy criticado a nivel nacional por su opinión y posición respecto a dos colectivos concretamente: gitanos rumanos y musulmanes. Pero aún así el PP ha decidido apostar por su estilo con el deseo de exportar su éxito a toda Cataluña y poder combatir el fuerte ascenso de Ciudadanos en la región.
Tal y como ha anunciado la propia Alicia Sánchez-Camacho este martes ante el Comité Ejecutivo regional que convocó de urgencia en apenas 24 horas, dejará de ser la voz de los 'populares' en el Parlamento catalán, después de dos legislaturas en las que ha logrado los mejores resultados de la historia del partido, pero en la que en los últimos meses ha acusado el desgaste causado tanto por el proceso soberanista como por la polémica a raíz de su almuerzo con la expareja de Jordi Pujol Ferrusola Maria Victoria Álvarez. Se prevé que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, firme su decreto de convocatoria de elecciones el 3 de agosto con la fecha del 27 de septiembre. La idea inicial de Rajoy era esperar a este momento para hacer pública su decisión, pero sus planes se han visto precipitados en las últimas horas en vista del revuelo levantado en torno a esta candidatura.
Según ha podido saber estrelladigital.es, Cataluña no fue el tema central del Comité de Dirección de este lunes, sino del de la semana pasada. Fue en él en el que Rajoy desgranó las líneas maestras de la estrategia que seguirá tanto en la respuesta que dará el Gobierno respecto a la futura convocatoria de Mas, como en la elección de su candidato. Respecto al desafío soberanista se limitó a comunicar a la cúpula de su partido su estrategia frente a la convocatoria, aunque no ha trascendido más información a este respecto «para no dar pistas».
Ahora bien, donde de verdad existía un «gran dilema» era en torno a la candidatura de Sánchez-Camacho. En dicho Comité de Dirección, tanto el presidente como la secretaria general y los cinco vicesecretarios «elogiaron» efusivamente a la dirigente popular. En el PP no olvidan que con Alicia al frente del partido se lograron en las últimas elecciones catalanas los mejores resultados de la historia de la formación en la región (19 diputados). Creen que «ha dado el tipo», que «verdaderamente lo ha hecho bien»; pero también reconocen que la situación ahora se ha complicado. El pasado 24M, el PP catalán perdió más de 130.000 votos, el 54% de sus concejales, y de los cuatro Ayuntamientos donde gobernaba se quedó sólo en uno: Pontons, con 477 habitantes.
Rajoy no quiere que el relevo de Camacho sea interpretado como un «castigo», y por eso en Génova no dudan de que le tendrá preparado un «buen premio a su labor». No es un secreto que la dirigente catalán anhela continuar su carrera en Madrid. El «reconocimiento público ideal» sería que fuera como 'número uno' en la lista de Barcelona al Congreso de los Diputados en las próximas elecciones. Pero existe un problema: en esa plaza torean nombres muy fuertes y por el momento irremplazables: Jorge Fernández Díaz (además de ministro del Interior, es el que realmente «manda» en el PP catalán), Jorge Moragas (director de campaña y jefe de Gabinete del presidente) y José Luis Ayllón (secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y «protegido» de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría). «Iría en los primeros puestos», aseguran en el PP, aunque por el momento todo son hipótesis que el tiempo confirmará.
Hasta la fecha, lo único seguro es que Camacho da un paso atrás en Cataluña; y que en su lugar el partido coloca a dos caras jóvenes y emergentes con las que intentar frenar la sangría ocasionada por Ciudadanos. En primer lugar a García Albiol, de 47 años, exjugador de baloncesto del Joventut y cuyo ascenso electoral se fraguó en la frontera de Llefià y La Salut. Eso sí, siempre a costa de la inmigración. Albiol pidió en 2003 denegar el empadronamiento a los extranjeros en situación irregular; aunque su éxito no llegó hasta 2007, cuando se puso a la cabeza de las protestas por la existencia de pisos patera donde se hacinaban familias de gitanos rumanos. En su historial existen polémicas referencias contra este colectivo, al que tildó de «plaga» y al que acusó de llegar a Badalona a «delinquir»; y que le costaron una causa judicial por incitación al odio, de la que finalmente salió indemne. Como respaldo, y para dejar claro que se trata de una candidatura controlada por Génova, se ha colocado a la nueva vicesecretaria nacional de Estudios y Programas, Andrea Levy, no sólo persona de confianza de Sánchez-Camacho, sino también (y más importante si cabe) del director de campaña nacional y jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas.
Ahora sólo queda que la lista sea ratificada por el Comité Electoral Nacional, que preside la misma Camacho, y la presentación oficial de la misma, que de cumplirse los planes desvelados este lunes podría producirse «antes de este sábado» y que podría correr a cargo del presidente del Gobierno, quien ya ha dejado claro que las elecciones catalanas, antesala de las generales, serán cruciales para él.