Ejercicio de transparencia por parte del Ministerio de Defensa francés. En su página web ha colgado el informe oficial de la investigación del trágico accidente sufrido por un caza F-16 griego en la base aérea de Albacete el pasado 26 de enero, que se saldó con 11 víctimas mortales (los dos pilotos griegos y nueve militares franceses en tierra contra los que se estrelló el avión) y otros 33 heridos de diversa gravedad (21 franceses y 12 italianos).
El informe revela que la causa principal del accidente fue que un mando clave para la estabilidad y dirección del aparato se encontraba totalmente girado a la derecha, «afectando drásticamente la aerodinámica de la aeronave durante el despegue». Asimismo añade que las tareas de comprobación previas se realizaron 20 minutos antes en la zona de aparcamiento, en lugar de instantes antes del despegue ya en pista.
Objetos perdidos o no controlados en cabina pudieron causar la deficiente configuración de los mandos, al golpear fortuitamente contra ellos. El momento no se conoce además porque el diseño del cuadro de mandos del F-16 accidentado no contaba con sistema alguno que notificara al piloto la deficiente configuración para el despegue.
Se mencionan también otros factores que contribuyeron a la gravedad del accidente, como el peso del aparato, en ese momento repleto de combustible incluso con tanques externos también al completo, así como una «configuración asimétrica» de los pesos y un viento lateral.
Estrella Digital ya avanzó este mes de junio una aproximación preliminar a las causas del accidente, procedente también de fuentes francesas. En concreto, el jefe de Estado Mayor del Aire avanzó a familiares y compañeros de los militares fallecidos lo que pudo ocurrir aquel día en Albacete, ahora confirmado por el documento oficial de la investigación. Se trata del incidente mortal más trágico sufrido por las Fuerzas Armadas francesas desde una emboscada en Afganistán en 2008.
El caza griego se estrelló siete segundos después del despegue contra la zona de aparcamiento y hangares, impactando en tierra contra nueve aparatos que fueron totalmente destruidos o dañados, dos Mirage, dos Alpha Jets y un Rafale franceses, dos AMX italianos y un F-15 norteamericano.
«El accidente provocó una tremenda bola de fuego visible desde decenas de kilómetros» por la combustión del fuel de todos los aviones combate afectados, en ese momento con los depósitos de combustible al máximo. Aunque la base aérea de Albacete cumplía con los requisitos OTAN en materia de incendios y la alerta fue activada de inmediato, señala el informe, fue necesario activar también los medios de la terminal civil del aeropuerto e incluso de los servicios de emergencia de la ciudad.
El informe de investigación del accidente conocido ahora sigue procedimientos OTAN y ha estado dirigido por Grecia, con la colaboración de otros países afectados como España, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos. Aclara el documento que el objetivo de este tipo de investigaciones de accidentes aéreos no es encontrar culpables ni puede ser utilizado en reclamaciones penales o civiles ante los tribunales, sino que se realiza para prevenir accidentes o incidentes futuros por motivos similares.