El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, huye despavorido de la polémica. No quiere oír hablar de la reunión que el pasado 29 de julio se produjo en el Ministerio del Interior entre Jorge Fernández Díaz (uno de sus ministros de máxima confianza) y el exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato; pero tampoco quiere que ver publicado en los medios de comunicación que se esconde a menos de dos meses de las elecciones catalanes y a menos de cuatro de las generales. Por ello, y aunque inicialmente no estaba previsto en la agenda del Partido Popular, ha atendido a los medios de comunicación en su visita al municipio pontevedrés de Mondariz Balneario. Una comparecencia que no ha durado más de cinco minutos, totalmente improvisada, y en la que no ha permitido más de dos preguntas a este respecto.
El presidente Rajoy se ha remitido a la comparecencia que el Ministerio del Interior ya ha registrado en el Congreso de los Diputados «a petición propia y de manera inmediata» para explicar dicho encuentro. Y no ha querido hacer ninguna valoración más al respecto. «¿Qué le parece a usted esa reunión?», ha insistido la prensa. Rajoy, visiblemente molesto por la insistencia, ha vuelto a remitirse a la comparecencia «inmediata» del ministro. El presidente del Gobierno, en un principio, ha asegurado que será «este viernes», aunque consciente de que esa decisión le corresponde al Parlamento, ha querido matizar que así será «si finalmente lo aprueba la Mesa del Congreso». «Verán que no hay nada particular cuando lo explique el ministro», ha zanjado Rajoy, antes de preguntar si había más preguntas «sobre algún otro asunto».
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, finalmente ha cedido a la presión, y no sólo de la oposición, sino también del propio presidente, con quien ha mantenido una conversación telefónica a primera hora de este martes. Después de esta llamada, el Ministerio del Interior ha registrado una iniciativa de comparecencia «a petición propia y de forma urgente» en el Congreso de los Diputados, tal y como llevaba varios días reclamando la oposición. Una comparecencia que se registra pocas horas después de que el portavoz de Interior del Grupo Popular en el Congreso, Francisco Márquez, asegurara que el comunicado hecho público este lunes era «más que suficiente» ya que el encuentro «no tiene la gravedad que algunos han querido darle».
La última polémica protagonizada por Fernández Díaz, uno de los ministros pertenecientes al núcleo duro de Mariano Rajoy, explotó el pasado sábado cuando el diario El Mundo dio a conocer esta controvertida reunión en la sede del Ministerio con el exdirigente 'popular' acusado de «fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales». Un encuentro que no ha dejado de generar confusión desde que salió a la luz, y del que ya existen varias versiones.
El mismo día de su publicación, el Ministerio del Interior admitió los hechos y alegó que su departamento no mantiene ninguna línea de investigación abierta en torno al caso Rato, cuyas pesquisas realiza la Agencia Tributaria. Así pues, enmarcó el encuentro dentro de la cordialidad entre dos personas que «se conocen desde hace años». No obstante, y en vista del revuelo que esta reunión había generado –PSOE, UPyD y Convergencia habían exigido al ministro que compareciera en el Parlamento Nacional-, este lunes, el departamento de Interior emitió un nuevo comunicado en el que aseguró que la cita fue solicitada por Rato para tratar un «tema personal» ajeno a cuestiones «procesales». Es más, según dicho texto, ésa fue la condición que puso el ministro para recibirle en la sede de su Departamento. «Tras este encuentro, el ministro del Interior no ha realizado ningún tipo de gestión ni ninguna iniciativa que tenga que ver absolutamente nada ni directa ni indirectamente con la situación procesal del señor Rato», aclara Interior.
Una versión desmentida por el otro protagonista de la polémica. Rato aclaró este lunes en una entrevista al diario El País que en dicho encuentro con el Ministro del Interior se habló “de todo lo que me está pasando. Le conté mi versión». Eso sí, asegura el exministro: «ni yo le pedí nada ni él se ofreció a realizar ninguna gestión». Aún así, la oposición parlamentaria no se ha cansado de pedir la dimisión de Fernández Díaz por «estos hechos de suma gravedad» que se han producido en la sede oficial del Ministerio de Interior. El departamento, por su parte, ha intentado restar importancia al lugar elegido para la reunión: «el ministro del Interior consideró que lo correcto era recibirle en la sede del Ministerio del Interior porque garantizaba absoluta transparencia y no había nada que ocultar. Sin duda era más adecuado hacerlo en la sede del Ministerio que en el reservado de un restaurante o en un lugar similar».
Sobre esta polémica, además de Rajoy, también se han pronunciado algunos importantes dirigentes de la formación conservadora. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, el líder extremeño, José Antonio Monago, y la madrileña Cristina Cifuentes han coincidido en que «no están de más» las explicaciones en el Congreso, aunque también han querido advertir de que la polémica se «está sobredimensionando».
Una versión totalmente defendida por el portavoz de Interior del Grupo Popular en el Congreso, Francisco Márquez, quien ha añadido el componente electoral: «la polémica no es más que una pseudo-histeria en la que algunos partidos políticos ya han entrado con la cercanía de las próximas elecciones generales». Según Márquez, esta gran polvareda responde «al verano y sobre todo creo que se saca y se va a seguir sacando de quicio cualquier cosa que pueda ser criticable». El diputado del PP cree que las «explicaciones ya están dadas». «Mi partido no mantiene ninguna relación con Rato desde el punto de vista político más allá de lo personal», ha concluido Márquez en su intervención en La Mañana de COPE.