El máximo de la lluvia de estrellas de las Perseidas se producirá este año el 13 de agosto entre las 01.30 y 14.00 horas (una hora más en Canarias y dos en la Península), por lo que el mejor momento para su observación será la noche del 12 al 13 de agosto.
La Luna estará en fase menguante, por lo que su brillo no será un obstáculo para la observación de una lluvia que, según las estimaciones, producirá una media de 100 a 120 meteoros por hora durante el máximo, alrededor de dos Perseidas cada minuto.
Según Juraj Tóth, responsable del proyecto AMOS-CI, se empezaron a detectar Perseidas a mediados de julio, pero ha sido en los últimos días cuando se ha producido un aumento importante de la actividad. El 8 de agosto se detectaron en torno a 15 meteoros por hora, lo que significa que se están cumpliendo las previsiones.
«Con las Perseidas no podemos hablar de la lluvia más espectacular, si bien es cierto que este año, al no tener Luna, podemos presenciar una buena lluvia de estrellas», comenta Miquel Serra-Ricart, que añade que las Perseidas son pocas pero, de forma individual, suelen ser «muy espectaculares» debido a su alta velocidad de entrada en la atmósfera.
Para quienes quieran disfrutar de la lluvia, se aconseja la observación a simple vista, sin telescopio ni anteojos de ningún tipo. Cualquier punto de observación (playa, terraza, campo) es bueno siempre que ofrezca cielos despejados hacia el norte y hacia el este y no tenga luces brillantes cerca.
El nombre de Perseidas, aunque en España también se las conoce como 'Lágrimas de San Lorenzo' por la festividad del Santo, se debe a que la zona del cielo de donde parecen salir los meteoros por un efecto de perspectiva (radiante), se encuentra en la constelación de Perseo.
Su popularidad se debe en parte a su actividad, de las más intensas, y en parte a que se produce en agosto, mes de verano en que, lejos de las luces de las ciudades, se puede disfrutar más del cielo nocturno por las cálidas temperaturas.
Las Perseidas tienen su origen en los pequeños fragmentos (meteoroides) desprendidos del cometa periódico 109P/Swift-Tuttle, que da una vuelta alrededor del Sol cada 130 años. Las Perseidas han sido observadas durante siglos, pero fueron reconocidas oficialmente a mediados del siglo XIX y es una de las lluvias mejor estudiadas.
Los meteoroides de las Perseidas golpean la atmósfera a 59 km/s (mucho más rápidas que las Gemínidas, 35 km/s), por lo que son meteoros rápidos y brillantes. Sin embargo, sus tamaños son pequeños; los meteoroides que causan las Perseidas de brillos intermedios tienen unos pocos milímetros de diámetro, y los que producen los bólidos (meteoros muy brillantes) sólo centímetros de ancho.