La madre de la menor de 15 años de edad cuyo bebé recién nacido fue hallado por la Policía en el armario de un trastero en la localidad asturiana de Langreo declaró ante los agentes que no sabía que su hija estaba embarazada, según el atestado policial de los hechos al que ha tenido acceso Europa Press. La madre llegó a decir que ella controlaba a su hija y que había tenido menstruación todos los meses.
Según la versión que esta mujer ofreció a los policías, ella llegó a su casa y se encontró con su hija «sangrando por la entrepierna, muy débil y a punto de la pérdida del conocimiento». Tuvieron que obligarla a ir al hospital y no fue hasta llegar allí cuando se enteró de que estaba embaraza y que había dado a luz a un bebé.
Hasta el lugar se desplazó también el novio de la menor con quien llevaba un año y medio de relación. También afirmó desconocer el embarazo y dijo que hacía una semana que no se veían.
Los hechos tuvieron lugar el domingo cuando la niña fue ingresada en el Hospital Valle del Nalón a causa de una hemorragia vaginal que la menor dijo haberse provocado por «unos cortes» de forma «accidental». Al indagar los médicos la forma en la que se habían producido los cortes, la niña cambió su versión y dijo creer que se trataba de un aborto tras un mes de embarazo.
Los médicos realizaron las pruebas ginecológicas pertinentes y llegaron rápidamente a la conclusión de que se trataba de un embarazo «mucho más avanzado». «Ante tales evidencias», la menor admitió haber dado a luz a un bebé y que lo había dejado en casa de una amiga. En ese momento, desde el hospital dieron aviso a la Policía.
«El bebé está dentro del armario azul»
Una dotación de agentes se dirigió a los padres de la niña, presentes en el centro médico. «Ustedes están aquí por nosotros», les dijo la madre de la joven nada más ver a los policías. La mujer tuvo que entrar en la habitación en la que estaba su hija para coger su documentación y al salir «muy alterada» declaró: «me ha dicho que el bebé, el bebé está en el trastero, dentro del armario azul».
Tras esta revelación, dos policías acompañados por el padre de la menor se dirigieron a su domicilio al tiempo que pidieron la asistencia de una ambulancia «ante la posibilidad del hallazgo del bebé y de la necesidad de una asistencia rápida».
«Cuando llegan al trastero, localizan en el fondo del interior de un armario ropero de tela de color azul y envuelto completamente en una toalla de baño de color rosa a un bebé», explica el atestado, según el cual, «nada más abrir la toalla, el bebé rompe a llorar».
Los policías comprobaron que el bebé tenía «buena presencia», estaba «limpio» y con «el cordón umbilical cortado y sujeto con una pinza», aunque estaba «frío». Por ello los policías pidieron al abuelo de la criatura una manta para envolverlo y darle calor hasta que llegase la ambulancia que lo trasladó a un hospital «para un examen más exhaustivo».
Declaración de la hermana
En la casa había otra niña de 12 años que declaró lo siguiente: «mi hermana y yo estuvimos solas toda la mañana y sobre las 12.15 oí gritar primero en la habitación y luego en el baño, donde me pareció oírla llorar». Añadió que «cuando llegaron sus padres, sobre las 15.15 horas, obligaron a su hermana a ir al hospital porque ella no quería y que vio que tenía sangre en la entrepierna».
Momentos después un familiar llegó al domicilio para hacerse cargo de la menor de 12 años que se había quedado sola en casa y al ver al padre de las niñas junto a la Policía espetó: «prefiero no hablar, parece mentira que no vieras venir esto».
Los agentes reflejan en el atestado que la casa estaba limpia, tanto la habitación de la menor como el baño. Tan sólo se apreciaban lo que podían ser «unas mínimas gotas de sangre en la escaleras de acceso a los trasteros».
Trámites de adopción
La madre declaró a los agentes que después de ingresar a su hija en el hospital, ella volvió a casa para «ducharse y recoger enseres personales» en previsión de tener que pasar la noche en el hospital. Fue en ese momento cuando aprovechó para limpiar. Según relató, había sangre en el bidé, en el water, en el suelo y en las paredes. El atestado refleja como al final de la intervención policial la mujer les preguntó a los policías por los trámites necesarios para dejar un bebé en adopción.
Por su parte, los médicos informaron a los agentes que la joven que acababa de dar a luz había estado «mintiendo todo el rato» y negándose a colaborar. Por su parte, la madre de la joven no había pronunciado «ni una sola palabra», incluso los médicos llegaron a manifestar su sorpresa ante la «poca implicación» de la mujer, quien aseguró, también ante los médicos, que «no sabía nada» del embarazo de su hija.