El Juzgado ha decretado la suspensión cautelar del chupinazo de las fiestas de San Bartolomé, que iba a producirse este viernes a mediodía en la localidad guipuzcoana de Ibarra que iba a correr a cargo de familiares y amigos de presos de ETA. El delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, había reclamado la suspensión del acto por considerarlo «una ofensa flagrante a las víctimas del terrorismo».
Según han informado a Europa Press fuentes de la Delegación del Gobierno, la autoridad judicial ha decretado la suspensión cautelar, y la orden ha sido comunicada poco antes de producirse el chupinazo a las 12.00 horas.
Urquijo explicó este jueves que había comunicado al Fiscal Superior de País Vasco, Juan Calparsoro, el «acto de ofensa a las víctimas» previsto para este viernes y había dado orden a la Abogacía del Estado para que solicitara su suspensión e interpusiera recurso contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de Ibarra por promover el citado acto.
Según se recoge en el programa de fiestas, el chupinazo iba a ser lanzado por los familiares de los presos, una acción que, en opinión del delegado del Gobierno, «lleva implícita la exaltación del terrorismo, a la vez que el desprecio y menoscabo a las víctimas».
Con esta actuación, Carlos Urquijo quería «evitar otro acto intolerable de humillación a las víctimas del terrorismo, una ofensa ya reiterada por el conjunto de lo que se autodenomina izquierda abertzale y que no puede pasar inadvertido».