Nadie dijo que ir a un encierro fuera un asunto seguro. Todo lo que tiene que ver con desafiar la fiereza de un toro de lidia es peligrosoPero los diez muertos en festejos taurinos de este verano hacen plantearse si más allá de los pitones de los astados, el peligro está en las medidas de seguridad en este tipo de fiestas. En un año en que muchos ayuntamientos han decidido dar la espalda a este tipo de fiestas de verano, la alta siniestralidad de este 2015 no ayuda mucho. Aún así, los expertos consultados aseguran que “la seguridad en los encierros está cien por cien garantizada”.
“Muchas veces, por no decir el 90%, los accidentes ocurren por imprudencia de las personas. No somos conscientes de lo que realmente nos estamos jugando”, explica Jesús Cañete, miembro de la Comisión Taurina de Arganda del Rey a EstrellaDigital.es. De hecho, en nuestro país se celebraron 15.848 festejos populares de este tipo en 2014, 2.000 más que en 2013. Lo que supone un aumento del 15%, según datos del Ministerio de Cultura. “La cantidad de gente que se desplaza y que va a los encierros es incalculable. Es normal que por imprudencias ocurran este tipo de accidentes. Sabes que te vas a meter en un sitio cerrado con unas reses bravas y tienes que tener una buena condición física, además de un calzado y ropa adecuado.”, comentan desde la Asociación Soriana de Encierros.
Los encierros en la ‘Pamplona Chica’
Uno de los encierros más conocidos en nuestro país y que arrancan está próxima semana son los de San Sebastián de los Reyes. En la ‘Pamplona Chica’ presumen de tener un dispositivo de seguridad a la altura del de los San Fermines: “Tenemos cerca de 400 personas que trabajan en el encierro. 135 policías locales, más 200 voluntarios de protección civil, así como el personal de mantenimiento que lleva todo el montaje del vallado”, aclara Felix Agüí, sargento de la Policía Local de San Sebastián de los Reyes, a este periódico. Además en caso de accidente, porque se trata de una actividad de riesgo, “el dispositivo de evacuación es bastante importante. Hay muchas unidades que están fuera del vallado del encierro por si hubiera que evacuar a algún herido e incluso desalojar todo el recorrido”.
Dos horas antes de que arranque el encierro se despliega a todo el personal. Su labor consiste en verificar que la seguridad pasiva, es decir el vallado del recorrido, esté en perfectas condiciones y que no haya sufrido ningún tipo de sabotaje: “También se hace un control exhaustivo de los participantes y se saca del recorrido a todas aquellas personas que no puedan participar en el encierro, bien sea porque son menores de edad o porque sus condiciones psicofísicas no son las más adecuadas. Hemos llegado a echar a gente que quería correr en muletas”, explica el Sargento Agüí.
El peligro de las vallas verticales
La mayoría de accidentes mortales ocurridos estos días atrás tienen un denominador común: Las vallas de protección son verticales y dificultan el cobijo de los participantes. “Son peligrosos porque justo detrás de estas vallas verticales está el público, es decir, si alguien tiene un apuro en el recorrido del encierro y quiere salir del mismo, pues no tiene hueco por dónde hacerlo. No hay vías de escape, por tanto, este tipo de vallado no colabora mucho con estas medidas de seguridad”, aclara Felix Agüí.
En San Sebastián de los Reyes las vallas son horizontales y dobles, es decir, hay una especie de pasillo de un metro y medio, libre de público, donde solo se encuentran los servicios sanitarios de emergencia. “No solo son seis toros y seis cabestros, sino que hay otras 3.000 personas corriendo a tu lado. Es normal que haya tropiezos y caídas. Ante esta situación y con el vallado horizontal, cualquier persona puede salir del recorrido rodando por debajo de la valla o ayudado por otro participante. Esto con las verticales no podría pasar, ya que solo pueden cruzarse estando de pie”, finaliza. No cabe duda de que este tipo de dispositivos son más eficaces que la tradicional mera oración a San Fermín o al santo del lugar antes de correr.