El líder de IU, Alberto Garzón, ha interpretado que Podemos ha refrendado este lunes la posibilidad de unirse a IU y otras formaciones, aunque sea a nivel territorial, y cree que esto «devuelve el optimismo al panorama actual» para así lograr un cambio «real» en España.
Así lo ha expresado Garzón este lunes en su página web después de que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, anunciase que no habrá ningún pacto a nivel estatal con Izquierda Unida para las próximas elecciones generales, pero, en cambio, sí se podrán establecer acuerdos a nivel territorial con «espacios de unidad popular».
El líder de IU ha insistido en que si Podemos participa en los procesos de unidad popular, se conseguirá «la posibilidad real de cambio en este país» ya que de este modo se podrá defender un programa «de cambio, nítido y honesto».
«Las palabras de Pablo Iglesias en el día de hoy alimentan esa posibilidad y, a mi juicio, devuelven el optimismo al panorama actual«, ha dicho Garzón. Un panaroma donde «el bipartidismo y el régimen tienen ya una hoja de ruta que pivota sobre una futura reforma constitucional», ha matizado.
A su juicio, esta reforma supondrá una «forma de consolidar legalmente un nuevo orden basado en la precariedad y la crisis permanente», algo que para el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno es «grave» ya que con ella se obtendrá «menos Estado Social y más ley de la selva».
A raíz de este cambio las instituciones «no serán ya por más tiempo las mismas» por lo que ha recalcado que en el diseño de las nuevas instituciones «la diferencia será total» dependiendo de si lo dirige la oligarquía o el pueblo.
Hay diferencias, pero es normal
Por otro lado, el candidato a la Presidencia del Gobierno ha reconocido que las distintas fuerzas políticas que conforman la unidad popular tienen diferencias de «tradiciones políticas», de «idioma» y de «lenguaje», pero esto es «normal, sano y democrático».
Aún así, ha explicado, que comparten la «obligación de evitar que la Europa de los mercaderes haga de España un país de indignidad laboral, social y política».
«De ahí que haya que felicitarse de que en determinados territorios se hayan alcanzado ya acuerdos que van por esa línea», ha apostillado.