El presidente de la Comunidad Valenciana y miembro de la Ejecutiva del PSOE, Ximo Puig, ha asegurado hoy, en declaraciones a Europa Press, que es una «mala noticia» el «nuevo giro reaccionario del PP» de no plantear la modificación de la Constitución y de no llevar esta cuestión en su programa electoral.
Puig reaccionaba así al conocer las declaraciones del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, quien anunció esta misma mañana que su formación no incluirá una reforma de la Constitución en el programa electoral con el que se presente a las próximas elecciones generales porque no es la «prioridad» y por tanto renuncia a llevar la iniciativa en este asunto, aunque dijo estar dispuesto a «hablar de cualquier cosa que se proponga» desde otras formaciones.
Para el presidente valenciano se trata de una «mala noticia» este «nuevo giro reaccionario del PP» tras la «sorpresa positiva» de los últimos días en los que, primero el ministro de Justicia, Rafael Catalá, lo anunciaba en una entrevista con Europa Press y pocos días después lo ratificaba Mariano Rajoy.
En opinión de Ximo Puig, el PP «vuelve a situarse en las antípodas de la modernidad». Según el jefe del Ejecutivo valenciano, lo que se necesita en estos momentos es «diálogo y capacidad de superación de los conflictos» y considera que «el PP no puede liderarlo desde posiciones cada vez más radicales y más reaccionarias».
El PP, fábrica de independentistas
«Me parece muy lamentable que después de haberse convertido en una fábrica de independentistas ahora el PP intente utilizar la confrontación para ganar votos», aseveró el dirigente socialista, quien exclamó: «Es una actitud muy desleal con España».
Además, preguntó por qué no han hecho ya otras cuestiones como modificar los reglamentos del Congreso y del Senado, de los que habla ahora el PP, teniendo mayoría absoluta. «Si han votado siempre en contra de cualquier reconversión institucional», apostilló.
Por tanto, Ximo Puig considera que se trata «simplemente» de «radicalidad en el inmovilismo que va en contra del interés general de los ciudadanos, que lo que necesitan es estabilidad y convivencia y eso implica reformar la Constitución y que las generaciones jóvenes se puedan implicar en un nuevo pacto constitucional».
Para Puig, la política que está llevando a cabo el Partido Popular es de «derechización y utilización partidaria de las instituciones».