El nuevo cuestionario de evaluación policial que utilizarán los agentes de las fuerzas de seguridad para estimar el nivel de riesgo en que se encuentra una mujer que ha denunciado malos tratos tendrá en cuenta como factor de vulnerabilidad que ella tenga antecedentes de violencia de género en su familia, indicador que hasta el momento no entraba en la medición.
Es una de las novedades del protocolo de valoración policial del riesgo que el Gobierno anunció en abril de 2014 y que según concretó este jueves el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, entrará en vigor la próxima legislatura, pues quedan por delante seis meses de pruebas para contrastar científicamente su eficacia.
Según la batería de nuevos indicadores, se tendrán en cuenta los antecedentes de violencia de género en la familia de la víctima como factor de vulnerabilidad. En este sentido, son diversos los estudios y expertos que sostienen que una de las consecuencias para los niños que presencian la violencia sobre sus madres es que interiorizan como normales patrones de conducta que son inaceptables. Existe así más probabilidad de que la hija de una mujer maltratada acabe inmersa en una relación de malos tratos.
Junto a este factor de vulnerabilidad de la víctima se incluyen otros como su discapacidad, si está embarazada, si tiene alguna enfermedad grave o algún trastorno mental o psiquiátrico diagnosticado, si es de nacionalidad extranjera, si carece de apoyo familiar o social favorable o si tiene alguna adicción.
El agente que realice la evaluación formulará estas preguntas a la mujer y cumplimentará el cuestionario con respuestas de 'sí, no o no se sabe'. De las conclusiones que obtenga al cabo de cumplimentar los 39 ítens objeto de estudio –en la actualidad son 16– dependerá el diagnóstico (nivel de riesgo no apreciado, bajo, medio, alto o extremo) y las medidas de protección que se adopten en consecuencia.
Otro de los factores que se analizarán será la conducta del agresor y en particular, si presenta «celos exagerados, control y/o acoso en los últimos seis meses». Se preguntará si muestra esos celos o tiene «sospechas de infidelidad» respecto de su víctima, si ejerce conductas de control y cómo se observa éste (físico, psicológico o social, escolar/laboral, económico, cibernético u otros).
El nuevo protocolo abarca además de la valoración policial del riesgo, la evaluación sobre los casos que realizan periódicamente los agentes, estudio para el que también se han incluído nuevos indicadores como destinados a conocer si se han producido determinados hechos desde la última vez que se realizó el análisis.
Se trata de averiguar si en ese plazo le han pasado cosas a la víctima como si depende económicamente del agresor, si tiene menores o familiares a su cargo, si está en «trámites judiciales de separación y/o divorcio no deseados por el agresor» o si ha entablado una nueva relación sentimental que el maltratador no acepta.
También se preguntará por él para saber si en ese periodo ha entablado una nueva relación sentimental, si su situación laboral y económica es estable, si cuenta con «apoyo social y familiar favorable a su reinserción» o si «existe conflicto a causa de los hijos.
Al cierre del mes de julio figuraban 51.143 mujeres víctimas de violencia de género dadas de alta en el sistema de seguimiento integral de la policía (VIOGEN) y de ellas, 34.915 en riesgo no apreciado y 13.370 en riesgo bajo. Constaban asimismo 2.740 en riesgo medio, 111 en bajo riesgo alto y siete en peligro extremo.
Desde la creación de este servicio, en julio de 2007, 392.261 mujeres han pasado por él, ya fuese bajo control de la Policía Nacional, la Guardia Civil las policías locales o las autonómicas de todo el territorio nacional, conforme los datos del Ministerio del Interior recopilados por Europa Press.