El presidente de la Comunidad valenciana, Ximo Puig, asegura en una entrevista con Europa Press que desde su región pueden hacer «ser puente» antes que «frontera» con Cataluña, aunque deja claro que Mas puede y debe hablar directamente con el Gobierno de España. No obstante, acusa a Mariano Rajoy de inmovilismo y le avisa de que «está jugando con fuego» por usar el problema catalán como una «ruleta rusa» para «sacar votos» y con su actitud «puede acabar con la convivencia».
El dirigente socialista dejó clara la posición socialista contra la «independencia» por entender que es un «mal negocio para Cataluña y un mal negocio para España». Por eso, precisa que no se trata de «girar la cara y no hacer nada» ante el problema catalán.
Recordó la relación histórica comercial «muy potente» que tiene la CCAA valenciana con la presidida por Artur Mas. «Cataluña es la CCAA a la que más le compra y a la que más vende la CCAA valenciana y, por lo tanto, a nosotros, lo que pase en Cataluña no nos es indiferente», explica.
Por ello, se ofreció para hacer de «puente» en la búsqueda de una solución: «Si nosotros, desde la CCAA valenciana podemos ayudar desde una visión periférica, desde una visión más abierta, a intentar ser puente, vamos a ser antes puente que espacio de confrontación, antes puente que frontera».
No obstante, considera que Artur Mas «puede perfectamente y debe hablar directamente con el Gobierno de España» porque «el problema es que es necesario el diálogo» y advierte de que si algo han demostrado las últimas elecciones y demostrarán las del futuro es que «no se puede estar instalado en la verdad absoluta, en el frentismo». «Hay que abrir espacios de diálogo y lo que no es razonable es que no se hable más y que no se busquen soluciones», apostilla.
En esta línea, Ximo Puig critica lo que él considera que ha hecho el PP en los últimos 20 años, que ha sido «fronterizar la relación con Cataluña de una manera absurda». En este sentido dice que es «lamentable» que los populares utilicen el problema de Cataluña para «sacar votos». Para el dirigente socialista, el PP «está jugando con fuego, porque lo usan como una especie de «ruleta rusa» con la que «van a acabar liquidando la convivencia».
En cuanto a los «agravios» que denuncia Cataluña, Puig admite que se puede compartir que existen y pone como ejemplo que no haya AVE entre la segunda y la tercera ciudad más importante del país. Pero aclara que «eso no significa que la solución sea el independentismo».
Todo lo contrario, ya que, dijo, «la independencia no va a solucionar los problemas reales de lo ciudadanos de Cataluña y va, desde luego, a empeorarlos».
Por ello, insistió en que es necesario plantear soluciones y el Gobierno de Mariano Rajoy debe «mover ficha», dejando a un lado su posición de que «no hay más que lo que hay y que la letra con sangre entra».
También critica la postura independentista de que «ya no quieren saber nada de España y de que quieren irse porque, en su opinión, «la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña querrían que hubiera un cambio que atendiera a la singularidad de Cataluña pero que, al mismo tiempo, mantuviera, desde la equidad, esa relación con España».