El líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, ha retirado su «confianza» al Gobierno de Ada Colau por no apoyar la adhesión de la ciudad a la AMI en el pleno extraordinario de este lunes, mientras CiU y la CUP han pedido a BComú que se posicione.
El teniente de alcalde Jaume Asens ha recordado que defendían decidirlo con una consulta ciudadana, y que éste no es un debate sobre el independentismo, sino sobre la adhesión a una asociación concreta, que según él parte de principios de una Catalunya «conservadora» y no republicana, y no prioriza los objetivos sociales.
El exalcalde y líder municipal de CiU, Xavier Trias, ha destacado la importancia del debate, y ha defendido: «Hay que tomar posición como Ayuntamiento, como grupos e individualmente. No todos pensamos lo mismo, hay posturas distintas, incluso en nuestro grupo» –la única concejal de Unió, Sònia Recasens, se abstendrá–.
La concejal de la CUP Maria Rovira –grupo que ha impulsado el pleno junto a CiU y ERC– ha criticado al Gobierno municipal por no posicionarse, y también por la «represión» de la Guardia Urbana a 'manteros'
La líder de C's, Carina Mejías, ha resaltado que su partido vota contra la adhesión porque considera que se quiere convertir Barcelona en un «instrumento del desafío independentista» y en un municipio más de Catalunya, cuando es su capital, además de ser una gran capital de España y de Europa.
Desde el PSC, Jaume Collboni ha criticado que la adhesión es «un debate partidista y propagandista pensado para calentar la campaña electoral» de las catalanas, y asegura que los independentistas confunden la postura de España con la del PP.
Alberto Fernández (PP) ha defendido que la ciudad no debe convertirse «en una pieza más del independentismo», ha resaltado que sentirse catalán es su forma más natural de sentirse español, y ha remarcado que Barcelona une, mientras que el independentismo separa.