Los artificieros utilizan explosivos caducados en sus prácticas. En tiempos de crisis cualquier método de ahorro es bien recibido por la administración, sobre todo si la derivación de esta munición a la instrucción de los militares es mucho más barato que contratar a una empresa que los desmilitarice. Sin embargo, en los últimos años 11 especialistas en explosivos de la Fuerz
El proyectil, que acabó con la vida de tres artificieros en mayo de 2013 en la base de la Legión de Viator (Almería), estaba catalogado como «inútil 3D», según informa esta mañana el diario El País. Esta descripción supone, según el manual técnico del Ejército, que debe ser eliminado debido al «peligro potencial que entraña». El proyectil no fue comprobado por las autoridades responsables del control de seguridad, ya que los lotes deben contar con al menos 100 unidades para ser inspeccionados. Posteriormente, el informe del perito confirmó que el proyectil estaba caducado desde el año 2012 y que su explosión se debió a la existencia de cavidades y a la «pérdida de propiedades» debido al paso del tiempo.
La «hipótesis más probable», según el perito, sostiene que el brigada Velasco y el sargento Prieto, ambos con una trayectoria reconocida y una larga experiencia, desmontaron el artefacto explosivo como medida de seguridad y, posteriormente, retiraron el multiplicador. Los peritos creen que la cinta del multiplicador se atascó, por lo que los artificieros probablemente utilizaron un destornillador y unos alicates para arreglarlo. Esta decisión provocó el accidente, ya que el roce de metales provocó la chispa que hizo detonar el artefacto, según informa esta mañana El País.
Este terrible accidente, que costó la vida a los brigadas Manuel Velasco Román y Antonio Navarro García y al sargento Francisco Prieto González, dejó herido de consideración al sargento José Francisco de Borja González y herida leve a la cabo María Concepción Jiménez Escámez, no es el único ocurrido por la mala condición de artefactos explosivos. Como publicó Estrelladigital.es, los especialistas en desactivación de explosivos que murieron en el accidente de Hoyo de Manzanares (Madrid) el 24 de febrero de 2011 estaban trabajando con minas fabricadas en 1974. Estos artefactos habían terminado su vida útil un año antes del percance que acabó con el fallecimiento de cinco militares. El Ministerio de Defensa había prorrogado la vida útil del explosivo seis meses más, situación a la que se aferró el juez militar del caso, a pesar de que la Guardia Civil descartara una explosión fortuita.
Los peritos de la investigación, que comprobaron y experimentaron con estas minas, sentenciaron que estas explotaban con la caída de 20 y 40 centímetros de apenas dos kilos de peso. Pero, en cambio, las minas se fabricaron para detonar al paso de moles blindadas, por lo que deberían soportar gasta 145 kilogramos de peso.