El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha asegurado que habría sido «un disparate» subir las pensiones un 1% o un 2% teniendo en cuenta que la inflación está en negativo, rondando el -0,4%.
Así lo ha señalado Burgos durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado, donde ha considerado que las revalorizaciones se deben producir siempre y cuando las pueda asumir el sistema y según lo que marque el índice de revalorización.
Además, a su parecer, lo importante es generar poder adquisitivo a los pensionistas, algo que se consigue con el mínimo del 0,25% que marca el índice porque la inflación está muy baja.
De hecho, el secretario de Estado ha asegurado que con el IPC actual la ganancia de poder adquisitivo de los pensionistas supera los 502 millones en 2015. Además, entre 2011 y 2015 la pensión media ha crecido 10,38%, seis puntos por encima del IPC, y casi un 2% sólo en el último año.
En este contexto, ha considerado «un disparate» plantear incrementos tan altos como los que demandaban algunos grupos políticos, y ha asegurado que sería «inaceptable e incompatible» con la sostenibilidad del sistema.
Por otro lado, Burgos ha admitido que el déficit de la Seguridad Social seguirá siendo «una realidad» hasta que la recuperación económica sea «plena», lo que requiere un «esfuerzo continuado y sostenido en el tiempo y no «varitas mágicas». Ese déficit, tal y como ha dicho, se debe a la caída del empleo que se produjo, sobre todo, con el anterior Ejecutivo y que ahora se empieza a recuperar.
Recuperación del sistema
A pesar de la situación deficitaria, Burgos cree que el sistema se está recuperando y está generando nuevos ingresos gracias al incremento del empleo y las reformas. A su parecer, el «único riesgo cierto» para su supervivencia es que «impere la frivolidad, la discrecionalidad y la arbitrariedad», algo que ocurre cuando gobierna el Partido Socialista.
Finalmente, Burgos ha defendido las cuentas de 2016, que elevan los recursos destinados a la cobertura del sistema, incluyen una revalorización de las pensiones, atienden necesidades sociales muy importantes, e incrementan los recursos de prestaciones por maternidad, paternidad y cuidado de menores, entre otras cosas.