La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha advertido este viernes al presidente de la Generalitat, Artur Mas, de que sólo invocan «rebeldía democrática» quienes se creen «por encima de la ley» y en un país democrático ningún ciudadano lo está, «aunque forme parte de una terna o de un triunvirato para la presidencia de un Gobierno».
Sáenz de Santamaría se ha expresado así, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, después de que el presidente catalán calificase de «rebelión democrática» su decisión de poner las urnas el 9 de noviembre de 2014.
Además, le ha preguntado que le parecería que los ciudadanos catalanes dejasen de pagar sus impuestos, de respetar las normas de tráfico o de cumplir el Código de Comercio o «las normas forales» de la comunidad declarándose «rebeldes democráticamente».
Mas también alegó que decidió seguir adelante con esa consulta porque preguntó al Tribunal Constitucional qué es lo que debía suspender y no recibió respuesta. La vicepresidenta ha dicho que el Ejecutivo no puede comentar las relaciones entre el TC y un presidente autonómico porque eso corresponde al proceso y al propio tribunal.
Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asegurado que conoció la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de imputar a Mas por el 9N en el momento en que el propio TSJC lo anunció «a través de su oficina de prensa».
Catalá, que fue criticado por decir que el momento de la imputación pretendía no interferir con el proceso electoral, ha explicado que él sólo constató la decisión tomada por el TSJC y expresó su «opinión». Además, ha recordado que la no interferencia de los procesos políticos y judiciales ha sido también la línea de actuación de otros tribunales, y así lo han dicho en ocasiones el Tribunal Supremo o presidentes de Tribunales Superiores de Justicia.
Para el ministro, la independencia de la Justicia se constata cada día y, en este caso, los tiempos de la instrucción ponen de manifiesto que es el propio tribunal el que está dando los pasos que considera necesarios.
«4 optantes a la presidencia y falta un Gobierno»
Cinco días después de las elecciones autonómicas en Cataluña, la vicepresidenta ha bromeado con que está «perdiendo la capacidad de sorpresa» con lo que pasa en la comunidad porque, después de que los independentistas tomasen la «sorprendente» decisión de ir en una sola lista, ahora considera «ciertamente llamativa» la propuesta de la CUP de una presidencia colegiada.
«El problema de Cataluña es que hay cuatro optantes a la presidencia, incluso compartida, y falta un Gobierno», ha dicho de la idea. Junts pel Sí necesita el voto a favor de los diputados de la CUP para investir presidente pero la CUP no quiere que éste vuelva a ser Artur Mas.
Para Santamaría, la situación en Cataluña tras las elecciones «es igual, si no peor», ante la dificultades para formar Gobierno. En su opinión, la situación actual pone de manifiesto la debilidad de los dirigentes independentistas pero mientras la situación de los votantes «va a peor».
La 'número dos' del Ejecutivo ha pedido al próximo Gobierno de la Generalitat que trabaje para superar las divisiones y la «desazón», sobre todo ahora que «una mayoría» les ha dicho que no secundan su proyecto independentista.
Preguntada si el presidente del Gobierno ha tenido algún contacto con los miembros de Junts pel Sí, ha dejado claro que eso será cuando esté formado el Gobierno y ha reiterado que Rajoy está dispuesto al «máximo diálogo dentro de la ley».
La vicepresidenta ha recordado que los convocantes presentaron las elecciones como plebiscitarias para declarar la independencia y ha recalcado que no sólo su propósito no está permitido por la ley sino que tampoco lo «ampararon los votos». Es más, ha puntualizado que así lo han interpretado también los miembros de la CUP.