El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insiste en el discurso del miedo. Ya inmerso en precampaña electoral, a dos meses y 17 días de las próximas elecciones generales, el líder de los conservadores ha acudido este sábado a Valencia a clausurar la jornada #PParaLaLibertad organizada por el PPCV. Tres días después de hacer oficial la fecha de los próximos comicios general (20 de diciembre) y una semana después del 27S, el presidente del Gobierno ha viajado hasta la Comunidad Valenciana para empezar a rodar el discurso preelectoral que escucharemos hasta la saciedad en las próximas semanas. «El próximo 20 de diciembre lo que está en juego es si continuamos con la recuperación económica o decidimos dar marcha atrás», ha advertido Rajoy.
El líder del Ejecutivo tiene clara cuál será la «batalla» el 20D: «recuperarnos o volver a la crisis», y advierte a los españoles de que aunque en los próximos meses «vamos a escuchar toda clase de genialidades, ocurrencias y frivolidades», el Partido Popular «no va a entrar en eso. Va a ir a la mayor», que no es otra que insistir en la importancia de las reformas estructurales puestas en marcha hasta la fecha y del «control del déficit». Rajoy ha asegurado que aunque ya «ha pasado lo peor», las «cosas aún no están consolidadas». «Hoy España es un país en el que se confía», ha aseverado el presidente del Gobierno, pero ha advertido que tras las elecciones generales se podría producir la «fragmentación política» y la «marcha atrás en las reformas que nos han traído hasta aquí».
Según Rajoy, el PP «tiene los objetivos claros» y sabe lo que tiene que hacer. Y para ello ha vuelto a poner en valor la famosa herencia recibida del PSOE: «un país en recesión», «el paro en aumento», «riesgo de quiebra», «desequilibrios económicos» y una «horrorosa imagen fuera de nuestras fronteras». Por este motivo, ha insistido en la «importancia» de «perseverar» en las políticas puestas en marcha en los últimos cuatro años. «Ahora vienen buenos tiempos por delante si no lo estropeamos. No es momento de amateurs», ha insistido Rajoy.
Un mensaje directo a los socialistas, cuyos pactos durante las pasadas elecciones autonómicas y municipales acabaron con varios gobiernos 'populares' y abrieron la puerta de las instituciones a nuevas formaciones políticas. Como ocurrió concretamente tanto en el Gobierno valenciano, como en el Ayuntamiento. Contra el «radicalizado líder» del PSOE ha arremetido Mariano Rajoy -así se ha referido el presidente del Gobierno a Pedro Sánchez-, al que ha acusado de «preferir pactar con radicales», a hacer «caso a lo que la mayoría de la gente votó».
El presidente del Gobierno tampoco ha desaprovechado la oportunidad para reiterar sus intenciones de cara a la próxima legislatura, si es que vuelve a ganar las elecciones. El líder de los conservadores ha apostado por un nuevo modelo de financiación autonómica «para todos» y aprobado «por unanimidad, no por imposición como hizo el Gobierno socialista». «Yo no voté ese modelo», ha reiterado. Al tiempo que ha abogado por continuar con la bajada de impuestos, como el de sociedades, el que afecta a emprendedores y el del valor añadido. «Ése es el ADN de nuestro partido», ha destacado.
En lo que a Cataluña respecta, ha aseverado que su partido hará «todos los esfuerzos que tenga que hacer» pero, ha advertido, «nunca nos vamos a someter a ningún contrato de nadie, no vamos a hablar nunca ni a negociar nada que afecte a la unidad de España, a la soberanía nacional y a la igualdad de todos los españoles, sean de donde sean y vivan donde vivan», ha apostillado.
Rajoy vuelve a pasar de puntillas sobre la corrupción…
De visita en Valencia, Rajoy se vuelve a acordar de soslayo de una de las principales causas de su acusada e importante pérdida de votos: la corrupción. El presidente del Gobierno, que ha insistido en que la formación más votada en la Comunidad Valenciana el pasado 24M fue el PP, ha pedido a los valencianos que se sientan «orgullosos» por el trabajo realizado y ha afirmado que por más que hayan «cometido errores», éstos «jamás» se van a volver a repetir. «Ni aquí ni en ningún lugar de España», ha zanjado el presidente, dejando que la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, fuera la más contundente este sábado en esta cuestión. «Pido perdón por los errores cometidos por mi formación mientras estaba en el Gobierno valenciano. Por las conductas de algunas personas que han abochornado al partido. Y por no haber estado a la altura de tanto militante y cargo público que se ha dejado la piel por el proyecto del partido», ha espetado una exultante Bonig.