domingo, septiembre 29, 2024
- Publicidad -

Javier de Andrés lidera las quinielas para sustituir a Quiroga al frente del PPE

No te pierdas...

A rey muerto, rey puesto. Pocas horas después del anuncio de dimisión de Arantxa Quiroga de la presidencia del PP vasco, en la organización ya han empezado a sonar algunos nombres con fuerza. Aunque no resulte descabellado pensar que Mariano Rajoy pueda tirar de una persona de confianza para tomar las riendas de una delegación que lleva meses en guerra, como sería el caso de su 'número cuatro' en Génova, el exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, y su ministro de Sanidad, el todopoderoso alavés, Alfonso Alonso, lo cierto es que, según informan a estrelladigital.es fuentes del PP vasco, el nombre que a estas horas suena con más fuerza en despachos conservadores es el de Javier de Andrés, figura clave en el PP alavés, y una de las apuestas iniciales del jefe del clan, Alfonso Alonso, para liderar la organización.

Su nombre ya sonó hace año y medio como sustituto de Iñaki Oyarzábal en la secretaría general del partido, cuando Quiroga, advertida ya por la malas artes de Alonso contra ella, decidió liquidar a Oyarzábal de la dirección. Y vuelve a hacerlo ahora, pero para el liderazgo total. En 2014 Quiroga se opuso a colocar de 'número dos' a un peso pesado del PP alavés como De Andrés y se decantó por Manuel Uriarte -concejal de Maroto- para contentar a Alonso. Pero todo se truncó. El actual ministro de Sanidad no aceptó la propuesta e hizo todo lo posible por desestabilizar a Quiroga, que finalmente optó por ganar aliados en el PP vizcaíno colocando a Nerea Llanos como su 'número dos'. 

Llegados a este punto, la dimisión de Arantxa sólo tiene una lectura: ha perdido la guerra que inició el 10 de febrero de 2014 contra el poderoso PP alavés cuando decidió cambiar de secretario general.

Así que hoy, con ella fuera, y el sector alavés más fortalezido que nunca, el que fuera diputado general de Álava parece que vuelve a ser una opción barajada por la cúpula del partido para liderar un PP vasco totalmente fracturado. Un éxito que evidentemente se apuntaría Alonso, y que acabaría por catapultar al 'clan alavés'. De Andrés, que empezó su carrera en la política como jefe de prensa del PP de Álava, ha llegado a ser director de Juventud, Comunicación y Gabinete en la Diputación de Álava, diputado Foral de Obras Públicas, portavoz del PP en las Juntas Generales de Álava y diputado General de Álava hasta mayo de 2015, cuando el PP, a pesar de ser la fuerza más votada en las últimas elecciones municipales, perdió la diputación alavesa por un escaño en favor del PNV.

La implosión de la generación 'Miguel Ángel Blanco'

Arantxa Quiroga llegó al trono vasco tras la dimisión de Antonio Basagoiti en mayo de 2013. Ambos, al igual que Oyarzábal, Alonso y compañía, formaban parte de esa joven generación identificada con Miguel Ángel Blanco, que adquirió poder tras la caída de María San Gil, Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgáiz. Pero su liderazgo nunca acabó de ser entendido por ese sector alavés que controla con mano de hierro el exalcalde de Vitoria, Alfonso Alonso. En 2013, él ya había sido ascendido a portavoz del PP en el Congreso de los diputados, después de estar durante cuatro años al lado de Soraya Sáenz de Santamaría en el Parlamento Nacional, pero nunca abandonó el País Vasco, donde sabía que estaba su cuota de poder. Como buen 'sorayo' -nombre con el que se conoce al círculo de confianza de la vicepresidenta-, su capacidad de influencia en Rajoy a través de Santamaría era indiscutible, y desde el principio pensó que tendría opciones de liderar el proceso que se abrió tras la marcha de Basagoiti, colocando a alguien de su cuerda. Pero Rajoy optó por una solución salomónica y eligió a la que hasta un año antes había sido presidenta del Parlamento vasco para pilotar una nueva etapa en el PPE.

Aquella decisión no agradó al PP alavés, aunque en un principio tragó al mantener la secretaría general. ETA ya había dejado de matar, y el objetivo de Quiroga desde el principio fue construir una alternativa real al nacionalismo en el País Vasco. Lo que finalmente ha resultado ser su tumba. Este miércoles ha presentado su dimisión después de que el PP nacional y parte del regional le obligara a retirar su iniciativa para crear una ponencia de Libertad y Convivencia dirigida a todos los partidos del Parlamento Vasco, incluido EH Bildu.

Aunque su posición siempre fue significativamente débil. Revalidó su nombramiento en marzo de 2014, pero el proceso estuvo envuelto en una sonada polémica. Quiroga ya se dio cuenta en octubre de 2013 que Alonso estaba dispuesto a hacerle la cama: el por entonces portavoz parlamentario hizo un viaje al País Vasco acompañado por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para reunirse con el PNV sin que Quiroga estuviera presente. Un gesto que la ya expresidenta popular vasca intentó contestar varios meses después apartando de la secretaría general al confidente de Alonso en el País Vasco, Iñaki Oyarzábal.

Un castigo que Alonso nunca ha perdonado. Es más, se puede decir que ahí se desencadenó una de las guerras internas más encarnizadas que se han vivido en el País Vasco. El actual ministro de Sanidad se la juró a Quiroga, y hoy por fin ha podido cumplir con su amenaza. Ya intentó desestabilizarla el año pasado durante la elección del nuevo secretario general, cuando consiguió ponerla al borde del precipicio. Pero no ha sido hasta ahora cuando ha conseguido acabar con ella. La influencia del PP alavés en Génova es indiscutible. Con Alonso como uno de los ministros de confianza de Rajoy y Maroto como 'número cuatro' en Génova, el desenlace parecía previsible. La ponencia en la que la ‘popular’ exigía a Bildu el «rechazo expreso de la violencia» en lugar de una «condena» ha sido la gota que ha colmado el vaso. «Nuestra posición es clara y no debemos renunciar a ella nunca: se debe exigir la condena expresa del terrorismo y su historia criminal. Bildu pretende diluir responsabilidades y blanquear su pasado y nosotros no podemos consentirlo». Así fue como Alonso dejó claro en la Cadena Cope que iba a por todas.

Rajoy apoyó el nombramiento de Quiroga como sustituta de Basagoiti desde el principio. Y la respaldó en el último Congreso regional. Pero ha guardado silencio en esta última polémica. No era recomendable un nuevo enfrentamiento con las víctimas de ETA a escasas semanas de las elecciones generales. Así que la encargada de la mediación ha sido la única aliada de Quiroga en Génova, María Dolores de Cospedal, que ha intentado por todos los medios evitar una crisis en el PPE a menos de dos meses de las elecciones generales. Aunque al final ha sido imposible. La exdirigente vasca sabía que no contaba con el apoyo de su partido y que sería apartada a principios de 2016.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -