Cada año desaparecen 250.000 personas en la Unión Europea, de las cuales alrededor de un 10% siguen en paradero desconocido. Esto supone que cada año quedan sin esclarecer más de 10.000 casos. Por desgracia para las familias de estas personas, sólo algunas de ellas consiguen mantener el interés de los medios de comunicación.
Es el caso del joven vasco Hodei Egiluz Díaz, desaparecido en la ciudad belga de Amberes hace dos años. Veinticuatro meses han pasado desde que sus familiares no saben nada de él. La pista del joven ingeniero vasco se perdió en la madrugada del 19 de octubre de 2013 cuando, después de haber salido con unos amigos, se despidió y se dirigió a su casa. Los carteles que recuerdan a los ciudadanos belgas que Hodei sigue en paradero desconocido todavía cubren algunas paredes y marquesinas de Amberes y Bruselas.
No es la primera desaparición forzosa de un ciudadano español que se produce en Amberes o en cualquier otro lugar fuera de nuestras fronteras. Y es probable que no sea la última. “Podría pasarte a ti” es el lema de la campaña que promueven los padres de Hodei para que la investigación siga abierta y el caso de su hijo no caiga en el olvido.
Perderse en el extranjero puede suponer una mayor complicación a la hora de poner en marcha los mecanismos de búsqueda. Muchas personas no saben qué hacer si esa desgracia les golpea en su entorno más cercano. ¿Cómo empezar a buscar a un hijo, un padre, esposo o esposa que se encuentra en paradero desconocido y, encima, a miles de kilómetros de distancia?
El consulado
El margen de actuación para las autoridades españolas en estos casos es escaso, según reconocen la Policía y el servicio exterior. «Las labores de rescate o localización de españoles desaparecidos competen a las autoridades del país donde se ha producido esa desaparición. La actuación del consulado español es únicamente de colaboración con las autoridades del país extranjero” asegura un portavoz de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores.
Según explica este organismo, hay distintas posibilidades para contactar con las instituciones extranjeras que se encargarán de las tareas de búsqueda. Las familias deben ponerse en contacto con las autoridades policiales o judiciales del país donde supuestamente se ha producido esa desaparición o, si es un familiar muy directo, puede contactar con el consulado español o con el propio Ministerio de Exteriores, que trasladarán la solicitud de localización a las autoridades del país extranjero. “La policía española no puede hacer absolutamente nada. Puede haber colaboración puntual y especial, aunque no es algo habitual” afirman.
La policía nacional admite que “pueden darse intercambios de información”, aunque reconoce que en estos casos su margen de maniobra es muy escaso. “Nosotros no tenemos competencia de actuación. Nuestra labor en estos casos en coordinar”, explica un portavoz del cuerpo.
Los familiares de un desaparecido deben, por tanto, contactar con las autoridades del país extranjero, y si no es posible, solicitar al Consulado o al Ministerio de Asuntos Exteriores que se encargue de dar la alarma. Y hasta que haya resultados, lo único que queda es esperar a que se produzcan avances en las investigaciones o, como en el caso de Hodei Eguliz, poner en marcha cualquier campaña o iniciativa que pueda ayudar a encontrarlo.