El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, responde al nuevo embate secesionista procedente de Cataluña. A primera hora de este martes, y apenas 24 horas después de la formación del nuevo Parlamento catalán, los grupos independentistas, Junts pel Sí y la CUP, presentaban una propuesta de resolución en la cámara catalana para declarar «el inicio del proceso de creación del estado independiente en forma de república».
El líder del Ejecutivo, enfundado de la misma solemnidad con la que los independentistas han proclamado el inicio de la ruptura, ha comparecido en el Palacio de la Moncloa para lanzar un «mensaje de tranquilidad a los españoles, y especialmente a los catalanes», en el que ha «garantizado» la unidad de España. Para Rajoy, la declaración aprobada por los partidos secesionistas es «un acto de provocación», pero que no «surtirá ningún efecto».
El presidente del Gobierno ha asegurado que el Estado «no va a renunciar» al uso de todos «los mecanismo jurídicos y políticos en defensa de la unidad nacional que le atribuye la Constitución«, aunque no aclara cuáles son. «Quienes quieran separar y dividir a España tienen que saber que tienen en frente a la ley y a un Gobierno dispuesto a hacerla valer», ha advertido Rajoy, que ha asegurado a «no van a lograr separarnos».
Aprovechando el ambiente preelectoral, el líder del Ejecutivo conservador ha insistido en que mientras él siga siendo el presidente del Gobierno «España seguirá siendo una nación de ciudadanos iguales y libres». «Siempre he entendido la política desde el diálogo y la moderación, pero la defensa de mi país, de la soberanía nacional, de la democracia y de la convivencia armónica la defiendo y la voy a defender con firmeza, determinación y con los instrumentos que me da la ley. Es mi responsabilidad como presidente y mi convencimiento como español».
Uno de los puntos más llamativos de la resolución independentista es el que desafía al Tribunal Constitucional. Según advierten los independentistas, el «proceso de desconexión democrática no se supeditarán a las decisiones de las instituciones» del Estado, y en particular al del TC al que consideran «deslegitimado y sin competencia por la sentencia de junio de 2010 sobre el Estatut». Rajoy ha hecho oídos sordos a esta amenaza y ha insistido en que «todos estamos sometidos a la ley y a las resoluciones de los tribunales».
El presidente del Gobierno, que ha convocado a los medios de comunicación de urgencia para hacer una declaración institucional, sólo ha concedido una pregunta a los periodistas. Parecía evidente cuál debía de ser después de leída la resolución: ¿Qué piensa hacer para hacer cumplir la ley? Rajoy, fiel a su estilo, se ha negado a dar pistas sobre su hoja de ruta para hacer frente al desafío secesionista. El presidente ha recurrido a la última reforma del Tribunal Constitucional que planteó el PP, y ha insistido: «garantizo que eso que se dice en esa propuesta no va a surtir efecto alguno. Lamento que algunos hayan planteado esta situación».
Los independentistas reclaman que en 30 días debe empezar la tramitación de las leyes del proceso constituyente, la seguridad social y la hacienda propia. Por el momento, Rajoy ya ha mantenido una conversación telefónica con el líder de la oposición, Pedro Sánchez, quien ha asegurado también ante los medios de comunicación que la crisis de Cataluña «tiene solución» con la ley, los votos y la política. Ambos mandatarios han acordado seguir en permanente contacto y mantener un «diálogo fluido». El presidente del Gobierno también ha hablado con Albert Rivera, el líder de la principal fuerza no independentista en el Parlamento catalán.