El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha advertido de que «la política de protección a las víctimas del terrorismo debe ser una política de Estado, en el sentido más noble y elevado del concepto política de Estado, y no política partidista».
Fernández Díaz, junto al ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, y el futuro presidente del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha asistido este martes a la inauguración, en la Universidad de Deusto, de la exposición fotográfico «En pie de foto Internacional, la Mirada de la Víctima», una iniciativa organizada por el Ministerio del Interior que se inscribe en las actividades de presentación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.
El ministro ha explicado que, con esta exposición y el ciclo de conferencias «Las víctimas en la literatura» que se celebrará hasta este jueves en la Universidad de Deusto, se sientan «las bases de lo que será la actividad del centro Memorial». En ese sentido, ha avanzado que en las próximas semanas, «antes de que acabe este mes», tienen previsto que se constituya el Real Patronato de la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, presidido por el Rey Felipe VI, así como que se proceda al nombramiento de su gerente y equipo directivo, «fijándose así las primeras líneas de acción de este centro» que tiene como finalidad «perpetuar la memoria, la dignidad, la justicia y la verdad en relación con las víctimas del terrorismo».
Fernández Díaz ha insistido en que «la política de protección a las víctimas del terrorismo debe ser una política de Estado, en el sentido más noble y elevado del concepto política de Estado, y no política partidista». «Es una política que trasciende las coyunturas electorales y los cambios normales de gobierno en un democracia parlamentaria porque las víctimas del terrorismo son auténtico patrimonio del conjunto de España», ha dicho.
Por ello, ha pedido que «no edifiquemos sobre la arena de la mentira, sino sobre la roca de la verdad» y ha añadido que «si queremos y aspiramos todos un futuro en paz y en convivencia, hagámoslo desde un relato que se adecue a la verdad histórica de lo que durante décadas ha sucedido en el País vasco de manera especial, y también en el conjunto de España».
«Lo que existió fue una organización terrorista que, mediante la socialización del sufrimiento y el terror, pretendió imponer al conjunto de la sociedad su proyecto totalitario y excluyente», ha remarcado, para añadir que «el estado democrático y de derecho, el conjunto de la sociedad, ha vencido a los terroristas, y la víctimas y la libertad han sido los vencedores».
En ese sentido, ha asegurado que cuando habla de «vencedores y vencidos» no lo hace «en absoluto desde una perspectiva de venganza, revancha u odio», sino «desde la convicción de que solo desde la verdad de lo que efectivamente sucedió podremos construir sobre roca sólida fundamento auténtico de una convivencia que realmente pueda denominarse auténticamente convivencia, convivencia que representa convivir, vivir con el diferente pacífica, libre y democráticamente».
Fernández Díaz ha asegurado que están «auténticamente implicados en que la paz prevalezca» y ha dicho que «si ahora podemos hablar con esperanza y mirar al futuro con ilusión hablando de paz y convivencia es porque quienes secuestraron esa paz y esa convivencia han sido derrotados operativa y policialmente por el Estado democrático de derecho».
Preservar la memoria
Por su parte, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, ha destacado que el proyecto de la exposición fotográfica está encaminado a «preservar la memoria de las víctimas frente a la narrativa que pretende justificar la violencia, el asesinato, y el horror». Con el testimonio la víctima, ha subrayado, «se consigue evitar que los terroristas logren uno de sus objetivos principales, deshumanizar a la víctima, la invisibilidad de la víctima y su silencio como forma de impunidad y de victoria del terror».
Tras señalar que las fotos de la exposición tienen como «denominador común la inocencia siempre de la víctima», Blanco ha explicado que la muestra, compuesta por 38 fotografías, «también pretende reflejar el horror del terrorismo en el mundo, el dolor y la entereza de las víctimas, la exigencia permanente de memoria y justicia, y la necesaria deslegitimación de un fenómeno extremadamente cruel».
Blanco ha dicho que «cada foto forma parte del archivo visual de lo que nunca debió suceder, el sufrimiento humano ante unos crímenes atroces, todos ellos injustificables». Asimismo, ha destacado que esta exposición muestra «cómo se puede derrotar al terror con los instrumentos que nos proporciona el Estado de derecho» porque el visitante «no encontrará ni una sola muestra, ni una sola foto de venganza o de revancha, todo lo contrario, lo único que encontrará es unidad social, solidaridad, firmeza contra la barbarie, resistencia, esperanza y mucho dolor».
Para que no se «olvide el sacrificio de cada una de las víctimas», ha dicho que será «fundamental» la labor del Centro Nacional para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, que tendrá su sede en Vitoria y cuya actividad cultural «da hoy sus primeros pasos para asentar los cimientos sobre los que construir la memoria y el relato de 50 años de terror, de sufrimiento y de entrega involuntaria de las víctimas del terrorismo en defensa del Estado de derecho».
Este centro, ha destacado, «contribuirá a preservar y difundir el verdadero relato de lo ocurrido durante tantos años en España, haciendo prevalecer la dignidad, la memoria y la justicia». En ese sentido, ha advertido de que no van a permitir que «los terroristas escriban la historia que les corresponde hacer a todos los demócratas y, muy particularmente, a las víctimas del terrorismo».
Recordar para «superar el pasado»
Por otro lado, el futuro director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha manifestado que, «frente a la tentación de pasar página y de olvidar, de hacer como si durante décadas no hubiese pasado nada, debemos defender la necesidad del recuerdo». «No se trata de recordar por el mero hecho de aferrarse al pasado de manera enfermiza, sino hacerlo, precisamente, para superar ese pasado», ha subrayado, para apostar por «recordar de manera crítica para dejar clara la ilegitimidad del terrorismo que hemos padecido».
Domínguez ha señalado que, en lo referido al terrorismo de ETA, «el que más tiempo ha azotado a España, hay en la sociedad vasca una exigencia de autocrítica hacia aquellos que lo practicaron, que lo impulsaron y lo aplaudieron, hay una demanda para que se reconozca la ilegitimidad de su actuación», pero, sin embargo, «aquellos a quienes se dirigen estas apelaciones se resisten a atender esta demanda social». Según ha señalado, «el problema es que no todos están de acuerdo en reconocer la injusticia de los asesinatos cometidos por ETA».
Domínguez ha añadido que se ha superado el terrorismo de ETA, «aunque la propia ETA no haya desaparecido, pero tenemos nuevas amenazas en el horizonte, como el terrorismo yihadista, que exigen actuar no solo para contenerlo, sino también para evitar la radicalización de jóvenes que puedan sentirse atraídos por esa forma de violencia». «Frenar a tiempo la radicalización que no supimos evitar en el caso de ETA es la gran tarea que tienen por delante los poderes públicos y toda la sociedad en su conjunto», ha concluido.