La tasa de obesidad en España ha aumentado un 9 por ciento en niños y jóvenes y un 4 por ciento en adultos en los últimos 15 años, según el 'Estudio de Evaluación de los Hábitos Alimentarios y Estado Nutricional de la Población Española' (ENPE), impulsado por la Escuela de Alimentación de la Fundación EROSKI.
El V Encuentro de Salud, organizado por la Escuela de Alimentación de la Fundación EROSKI, que se celebra este jueves en Bilbao, ha acogido la presentación de los resultados finales del 'Estudio sobre Hábitos Alimentarios y Estado Nutricional de la Población Española' (ENPE) ante más de 150 profesionales de la Nutrición y Medicina.
El doctor Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y director científico de este estudio, junto a la doctora Cármen Pérez, coordinadora técnica del estudio nutricional, acompañados del director de la Fundación Eroski, Alejandro Martínez Berriochoa, han sido los encargados de presentar esta investigación cuyo objetivo es conocer y evaluar los hábitos alimentarios y estado nutricional de la población española.
La principal conclusión de este estudio, que tiene como base 6.800 encuestas realizadas a hombres y mujeres a partir de los tres años de edad y hasta más de 65 años entre mayo de 2014 y mayo de 2015 en todas las comunidades autónomas, es el incremento en la prevalencia de la obesidad en España.
Los valores más elevados se encuentran en la población infantil y juvenil y se describen en los intervalos de edad de 6 a 9 años y de 18 a 24 años, con un aumento del 9% de la tasa de obesidad desde 2000 hasta el 22,8%. La prevalencia actual de obesidad en la población adulta (edad entre 25 y 64 años) es de 19,8%, cuatro puntos superior a los datos de 2003. En cuanto a la población mayor de 65 años la cifra de prevalencia de obesidad es ligeramente superior a datos precedentes y se sitúa en el 36,4%.
En población infantil, juvenil y adulta la prevalencia de la obesidad es superior en hombres que en mujeres hasta los 65 años, a partir de dicha edad se invierte la tendencia. Además, el 4,7% de la población tiene obesidad mórbida (7,2% mujeres y 4,3% hombres), «la que tiene más riesgo para la salud», y un 2,4% de mujeres tienen bajo peso (un índice de masa corporal por debajo de 18,5), por lo que pueden ser susceptibles de sufrir trastorno alimentario.
Aranceta ha señalado que «uno de los elementos más importantes en relación al riesgo cardiovascular, la principal causa de mortalidad, es el perímetro abdominal», y el estudio señala que «en riesgo muy aumentado» se encuentra un 24,1% de hombres y 39,5% de las mujeres en edad adulta.
El análisis de la distribución geográfica de la obesidad revela tasas más elevadas en Asturias, Aragón y Andalucía, por este orden. Por el contrario, las comunidades autónomas con menor prevalencia de obesidad son Baleares, País Vasco y Cantabria, con entre 8 y 10 puntos por debajo de la media.
Los principales factores determinantes del aumento de peso en el caso de la población infantil se asocian con mayor intensidad a las clases sociales «modestas» y grupos de población sedentaria que manifiestan bajo consumo en frutas, verduras y hortalizas.
Según reflejan los resultados de las encuestas, la mayoría de la población realiza tres comidas principales: desayuno, comida y cena todos los días. Sin embargo, un 44% de la población encuestada nunca realiza la comida de media mañana y casi un 39% no merienda «a pesar de que los principales expertos en Nutrición recomiendan la ingesta de cinco comidas», ha recordado Aranceta. Además, un 1,2% jamás desayuna.
Aranceta ha recordado que «la duración de las comidas, la compañía y las actividades que se realizan mientras se come también influyen en los hábitos alimentarios» y ha revelado, en cuanto a la duración de las comidas, que más del 44% de las personas suele tardar menos de 10 minutos en desayunar, tiempo que se alarga ligeramente en fin de semana.
En las comidas principales suele emplearse más tiempo, si bien más de un 20% tarda menos de 20 minutos, «tiempo escaso para estas comidas del día» ha puntualizado. Asimismo, más de 40% realizan el desayuno solos, durante el fin de semana suele haber mayor hábito de desayuno en familia.
Además, los datos del estudio ENPE revelan que las frecuencias de consumo de pescado recomendadas son bien conocidas entre la población (más del 84%), a diferencia de las recomendaciones diarias de fruta y verdura (ambas 25%) o el aporte de la ración principal del día (28,5%). Estos resultados, en opinión del Aranceta, «suponen un reflejo de la necesidad de insistir en la comunicación de las recomendaciones de frecuencia de consumo de los diferentes alimentos a toda la población, para reforzar sus conocimientos sobre la adecuada distribución de los alimentos en una dieta variada y equilibrada».
Los alimentos más habituales en el desayuno son la leche, el café y el pan, más del 50% de la población los incluye en su dieta. A media mañana la fruta, el bocadillo y el agua son los más usuales. En la merienda, los alimentos más frecuentes son la fruta, la leche, el bocadillo y el café.
En cuanto a las preferencias y aversiones alimentarias de la población, tanto para las mujeres como para los hombres, las judías verdes son la verdura preferida, en contraposición con las borrajas y las berzas que son por las que menos optan. Un patrón de gustos que se repite también por franjas de edad.
Entre las hortalizas el tomate es la preferida para hombres y la lechuga para las mujeres. En el extremo opuesto, la rúcula y los rabanitos son los menos preferidos por hombres y mujeres, respectivamente. El tomate es también la hortaliza preferida para la población infantil de entre 3-8 años, para el resto de grupos de población por edad la hortaliza estrella es la lechuga.
En el grupo de frutas, tanto por sexos como por grupos de población según edad, la manzana es la elegida en primer lugar frente al albaricoque, la que menos se prefiere. Igual ocurre en la familia de las legumbres, en la que las lentejas son las preferidas de la población frente a la soja en último lugar de preferencias.
La ternera y el pollo son las carnes que más gustan a hombres y mujeres, respectivamente. El cabrito se encuentra en el extremo opuesto. Según grupos de población por edad, el alimento estrella de esta familia es el pollo. La merluza es el pescado favorito para todos los segmentos de población, tanto por sexo como por edades. Entre los menos preferidos, el verdel y el chicharro.
De los lácteos el queso es el alimento estrella entre la población adulta, mientras que en la población infantil y juvenil dicho puesto lo ocupa la leche entera. En el grupo de los cereales el arroz blanco es el favorito para toda la población. En el lado de los menos preferidos aparecen el arroz integral en la población hasta los 18 años, y el pan de molde entre los adultos a partir de 19 años.
El agua es la bebida sin alcohol que más gusta, mientras que la población hasta los 64 años de edad prefiere el agua embotellada, el grupo a partir de 65 años opta por el agua del grifo. La cerveza y el vino son las bebidas alcohólicas estrella, siendo preferida la primera por los hombres y la segunda por las mujeres.
Ante los datos recogidos, el doctor Aranceta ha valorado que «la conclusión que se puede extraer de estos resultados es que hoy más que nunca son necesarias acciones que permitan la implementación de programas de educación nutricional prioritariamente en el ámbito escolar, laboral y comunitario a partir de iniciativas que favorezcan el empoderamiento individual para el conjunto de la población».