domingo, noviembre 24, 2024
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Los españoles pierden 15.000 millones de euros al año en herencias yacentes

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Inmuebles abandonados, joyas sin dueño, hectáreas sin reclamar, títulos olvidados… En definitiva, millones de euros perdidos si no fuera por los comúnmente denominados 'cazaherederos'. Aunque suene contradictorio, en España la crisis ha hecho que disminuyan sustantivamente las personas que ejercen su derecho a heredar. De hecho, entre 2007 y 2014 el rechazo de herencias se ha incrementado un 209%. El temido impuesto de sucesiones se erige en la razón principal del rechazo a la herencia. Un chivatazo, una publicación en el BOE o un simple cartel en la calle puede poner sobre la pista a los 'cazaherederos'. En el cine, Kirk Douglas dio vida a uno de ellos en la película 'A la caza de los herederos'. Un negocio desconocido en España, pero con una gran tradición en el resto de Europa.

«Buenos días. Es usted el dueño de una herencia yacente». Aunque suene idílica, la frase es más común de lo que parece. España es un país con poca cultura de testamento. Por este motivo, hay multitud de herencias que caen en el olvido y que jamás han sido reclamadas. En este contexto, nacieron hace algunos años los 'cazaherederos'. Su función es encontrar una herencia sin reclamar, buscar a su heredero y cobrar un porcentaje del «beneficio neto». Aunque la empresa parece sencilla, la tarea se presenta complicada. El proceso puede alargarse en el tiempo y los costes son muy elevados.

En España, sólo existe una empresa dedicada a esta práctica: Wills & Laws. Luis Enrique Ortega, director del área jurídica de la compañía afirma que «sólo se conocen» el 0,05% de las herencias yacentes. «El volumen económico de todas las herencias yacentes que se pueden investigar y adjudicar a sus herederos, o bien al Estado, puede rondar entre los 10.000 y los 15.000 millones de euros al año», comenta Luis. Su trabajo todavía no es muy conocido. En alguna que otra ocasión crea «confusión» y el heredero «piensa que es un timo». De hecho, algún usuario ha intentado «demandarles». Lejos de temer a la competencia, desde Wills & Laws animan a que nuevas empresas «surjan» y les «ayuden» a gestionar el gran volumen de trabajo que existe en el sector.

La figura del genealogista

Para desempeñar esta tarea se necesita de la colaboración de varios trabajadores: abogados, detectives, ingenieros… pero la figura más importante es la del genealogista hereditario. «En España, la figura profesional del genealogista hereditario no existe. Nosotros nos denominamos así porque es nuestra función, pero no existe. En otros países está muy extendida. Sólo en Francia hay más de 20 entidades de genealogistas», se lamenta Luis Enrique Ortega.

Pero no todos los casos son iguales. De hecho, «sólo el 1%» de los que llegan al despacho de Luis Enrique Ortega son de «fácil solución», y aún así transcurre un «mínimo dos meses» hasta que se resuelven. Letras ilegibles, dialectos antiguos, documentos sin verificar, análisis de carbono- 14… son algunos de los problemas que encuentran los 'cazaherederos' en sus investigaciones. «Aquello que no tenemos en la propia plantilla de la empresa lo subcontratamos: topógrafos, médicos, traductores jurados…», declara.

Al año, son muchos los clientes que solicitan sus servicios, pero hay uno que marcó al director del área jurídica por ser el primero, por lo curioso y por lo complicado. «Un señor vino con una caja de documentos con una caligrafía que no había visto en la vida y nos dice que era Quechua. Por curiosidad, hablé con un antigua cliente que era lingüista y me confirmó que era una antigua caligrafía hindú del año 1800. Al final, lo dimos por imposible, porque somos buenos, pero no somos dioses», declara entre risas Luis.

Hijos ilegítimos

En la actualidad tienen varias investigaciones abiertas, pero hay una en especial que atañe al Estado Francés y que podría levantar mucha polémica. En Francia, existe una norma por la cual el periodo para reclamar la herencia desde el momento de la defunción del causante es de 10 años. «Ahora mismo, manejamos una herencia en Francia en la que el capital estimado son de 12 millones de euros. El problema es que el otro interesado es el Estado Francés. El Gobierno quiere realizar una prueba de carbono-14 sobre el cuerpo para alegar, que la primera reclamación que se hizo sobre la herencia de esta persona fue superior a 10 años desde que falleció. Es de los casos más complicados» explica el director del área jurídica.

Aunque el caso por excelencia por su condición de mediático, y que «ocurre más veces de lo que nos pensamos», es el de la persona de avanzada edad que descubre que es hijo/a bastardo de un noble o de una persona adinerada. «Nos encontramos con muchas abuelas que resultan ser hijas ilegítimas de un noble, de un terrateniente o de una autoridad de la época y que fueron entregadas nada más nacer a otra pareja. Con una simple prueba de ADN se puede demostrar que es heredera legítima de la fortuna de su padre», explica Luis.

Derecho de Usucapión

A diferencia de otros países europeos, en España no existe ninguna ley que limite el tiempo para que una persona pueda considerarse heredero. Es decir, «esta cualidad la tienes toda la vida». El único impedimento que puede encontrar un cliente a la hora de heredar es el Derecho de Usucapión, que explica que la Ley ampara al propietario que realiza una posesión continuada de un inmueble durante más de 30 años, sin necesidad de título ni de buena fe, y sin distinción entre presentes y ausentes. No existe un derecho de prescripción de la herencia, pero si una persona ocupa un inmueble durante más 30 años y no ha tenido ninguna reclamación tiene el derecho a adjudicarse esa propiedad.

«Hemos recibido muchas peticiones de clientes que decían que su abuelo era el propietario de un piso, o de varios, en la década de los 50. Es muy frustrante que después de toda la investigación te encuentres con que el piso lleva ocupado más de 30 años, porque contra ese hecho no puedes luchar», afirma Luis Enrique Ortega.

Rentabilidad para todos

El impuesto de sucesiones y el «desconocimiento» de poder negociar con la administración ha hecho que muchas personas renieguen de luchar por lo que les pertenece. Según Wills & Laws, las comunidades autónomas «no informan» lo suficiente de las posibilidades que tiene el heredero de «conseguir prórrogas, aplazamientos…». 

«En muchas ocasiones, nos encontramos con clientes que no aceptan su herencia porque no pueden hacer frente a la deuda del bien. Por ejemplo, un edificio en Galicia que tenía una gran deuda a la que los herederos no podían hacer frente. Una empresa se puso en contacto con nosotros y le compraron los derechos de sucesión a los legítimos herederos. La empresa asumió las deudas e hizo negocio con el edificio. Los clientes no ganaron tanto dinero como lo hubieran hecho heredando, pero al menos sacaron un beneficio de algo a lo que iban a renunciar», argumenta Luis.

Por último, el director del área jurídica afirma que han ofrecido «en varias ocasiones» un acuerdo de colaboración a la Hacienda Pública, pero que la respuesta siempre ha sido negativa ya sea por «falta de interés» o por una «mala interpretación» de la Ley de protección de datos. «El Estado pierde 3.500 millones de euros cada año por rechazar nuestra propuesta», sentencia Luis Enrique Ortega, una de las cabezas visibles de Wills & Laws. 

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