«Estuve la semana pasada en Málaga, en calle Larios y hacía una temperatura extraordinaria». Así es como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha respondido este sábado a un ciudadano que se interesaba por conocer su futuro político en caso de que el próximo 20 de diciembre pierda las elecciones.
La pregunta no ha podido ser más clara: «¿Si pierde las elecciones dimitirá de la Presidencia de su partido y abandonará la política activa?» La respuesta del presidente, difusa y esquiva: «A mí en este momento lo único que me preocupa es ganar las elecciones. No estoy pensando en eso. Lo cierto es que me encuentro bien y creo que aún tengo cosas que aportar». El presidente ha acabado por reconocer que no podía contestar a esa pregunta porque no sabía la respuesta: «Tendré que verlo».
Aunque menos claro aún ha sido cuando ha llegado el turno de hablar de sustitutos. Hoy, el nombre que menos sorprendería a los ciudadanos sería el de su 'numero dos', no sólo en el Gobierno, sino también en su candidatura al Congreso: Soraya Sáenz de Santamaria. Ella no sólo será su sustituta en aquellos «actos a los que Rajoy no pueda llegar», como por ejemplo el debate electoral del 7 de diciembre en Atresmedia, según explican fuentes 'populares', sino que además su cara también aparece en los carteles electorales que inundan las calles de Madrid. Un hecho insólito y sin precedentes. El PP nunca antes había diseñado carteles electorales con la cara sólo de una persona que no fuera el cabeza de lista.
Pero una cosa es lo que los ciudadanos piensen y otra muy distinta las sensibilidades en el partido. Rajoy sabe muy bien cómo funciona eso; y este sábado ha evitado por todos los medios ningún incendio interno. El presidente del Gobierno se ha limitado a dar la razón a su vicepresidenta en que «pronto habrá una mujer presidenta» y ha quitado hierro al asunto al añadir: «Pero me gustaría que fuera después de dejarlo yo». Si Santamaría será sustituta de Rajoy no lo deciden los ciudadanos. Tampoco los militantes -no en el PP. Al actual líder conservador lo eligió a dedo su antecesor, José María Aznar, y aún está por ver cómo se elegirá a quien reemplace a Mariano Rajoy. Mientras los 'populares' no cambien su mecanismo de elección interna, el delfín de Rajoy volverá a ser fruto de una lucha interna de poder.
Un tripartito «sería muy fuerte»
Después de la publicación del CIS preelectoral, las alarmas sobre el ascenso de Ciudadanos aún son más justificadas. Rajoy sigue sin querer oír hablar de pactos postelectorales e insiste en que él sólo intentará formar gobierno si su candidatura es la más votada. Sobre la advertencia que ha hecho este sábado el socialista Pedro Sánchez acerca de su intención de formar gobierno con Ciudadanos y Podemos para desbancar al PP, Rajoy ha sido muy claro: «Es muy fuerte y no creo que sea lo que más le conviene a España».
Rajoy se resiste a dar importancia a las encuestas e insiste en que el principal partido de la oposición sigue siendo el PSOE. Ha asegurado que él no aspira a formar coaliciones y que su único objetivo es ganar las próximas elecciones: «Si no nos confundimos, España tiene por delante cuatro años positivos», ha advertido Rajoy a ese 40% de ciudadanos que, según el último barómetro del CIS, aún no saben a quien votar el 20D.
Corrupción y desempleo
El presidente del Gobierno ha aparcado durante un día su autobús electoral para volver a enfrentarse a las preguntas de los ciudadanos. Esta vez en terreno enemigo: La Sexta Noche. Después de responder a preguntas enlatadas en Telecinco y TVE, ahora no le ha quedado más remedio que coger el toro por los cuernos y mirar a los ojos a 16 ciudadanos a quienes sus decisiones han afectado a lo largo de estos cuatro años de legislatura.
La calle pregunta «sin filtros ni censura». A disposición de Rajoy, una pizarra y un vaso de agua. Parados, estudiantes, autónomos, jubilados, 'exiliados' económicos y jóvenes sin empleo. Una hora y media de preguntas en las que Rajoy ha tenido que hacer frente a cuestiones controvertidas como la corrupción en el Partido Popular, aunque se ha podido comprobar que el presidente del Gobierno tiene muy bien aprendida la lección. Estas son algunas de las respuestas que ha dado:
Jubilación: «No conviene bajar la edad de jubilación». Todo lo contrario. Para justificar su posición, Rajoy ha recordado que España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida.
Corrupción: «Ha sido una gran pesadilla, Me ha hecho sufrir mucho». El presidente ha insistido en que su objetivo es que los corruptos devuelvan el dinero robado y ha asegurado, en esta ocasión a una pregunta formulada por la líder de Compromís, Mónica Oltra, que «hoy el PP se presenta con candidaturas perfectamente limpias».
Ley de seguridad ciudadana: Rajoy directamente se ha referido a ella como la 'Ley Mordaza', tal y como se la conoce en la calle. Ha defendido su necesidad y ha negado que recorte derechos y libertades. «En España hay libertad de expresión», resaltó.
Salario mínimo versus sueldos y privilegios de los políticos. Rajoy ha insistido en varias ocasiones en que los políticos en otros países de la Unión Europea cobran más. Sobre el salario mínimo de 648 euros, ha recordado que ésta es la cuantía que «permite a los empresarios contratar».
Matrimonio homosexual. La pregunta que más le ha descolocado. Le han preguntado si se arrepentía de haberla recurrido ante el Tribunal Constitucional. «Hoy no tengo interés en cambiarla. No va en el programa del PP», ha dicho Rajoy, que no ha querido reconocer su error a este respecto.
La Sexta también tenía preparada una pregunta fácil para el presidente. El encargado de hacerla ha sido su gran amigo José Benito Suárez, marido de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Con él hace rutas en Ourense. Simplemente ha servido para que el presidente animara a los ciudadanos a hacer deporte.