Con la esperanza de tener un futuro mejor, Soufian Marouan abandonó hace 13 años su Tetuán natal para iniciar una nueva vida en España. Las cosas no han sido fáciles. Pese a su formación como investigador social, este joven de 35 años de origen marroquí se encuentra muchas puertas cerradas en el mercado laboral y en otros ámbitos por su origen. La falta de oportunidades, la discriminación y los recortes del Gobierno le hacen sentirse extranjero pese a tener la nacionalidad española desde hace tres años. Confía en que las cosas cambien el 20D y haya más sensibilidad hacia los inmigrantes.
-¿Cómo le han afectado las políticas de empleo del Gobierno durante la última legislatura?
-Bastante mal. Antes por lo menos había algo de trabajo en mi campo y si le sumas que tengo un perfil inmigrante es incluso peor. Muchas empresas al ver mi nombre y mi lugar de nacimiento en el currículum, ya presuponen que no hablo bien el castellano y ni siquiera me llaman para hacer la entrevista.
-¿Cree que los inmigrantes lo tienen ahora más difícil para acceder al mercado laboral?
-Sin lugar a dudas. Siempre hemos tenido escasas oportunidades laborales en España, aunque a raíz de la crisis ha ido a peor porque se ha fomentado la afinidad y la primacía nacional, lo que ha complicado aun más que los inmigrantes puedan acceder a un trabajo, incluso a aquellos mal cualificados que antes ocupaban.
-¿Ha sufrido discriminación o xenofobia?
Lamentablemente, sí. La gente cree que sufrimos discriminación de forma puntual, pero la dificultad para superar estas barreras se produce a diario. No tenemos una vida normalizada. Para alquilar una vivienda he tenido problemas por mi nombre y acento. Me han llegado a decir descaradamente que no me alquilan el piso porque soy extranjero. Es el alquiler, el trabajo, el ocio, es todo. Es raro verme en algunos espacios donde no es posible la convivencia porque son exclusivamente para españoles. Ya no es que no te dejen entrar, sino también que tengo más o menos vetados ciertos sitios, como el barrio Salamanca, porque no me voy a sentir cómodo.
-¿Cree que ha aumentado el racismo en España durante estos años?
-Los marroquíes somos los extranjeros peor valorados, según el CIS. Esto ya viene de lejos, sobre todo desde el 11M. Sin embargo, nuestra imagen ha empeorado a raíz de los atentados de París de este año. Ya existía una base, pero las políticas del Gobierno han favorecido el racismo y la intolerancia; con la excusa de la crisis se ha aprovechado para recortar muchos programas sociales en materia de sensibilización o de integración de la población extranjera. Nos hacen sentir como ciudadanos de segunda o de tercera. Yo no me termino de sentir identificado como español.
-¿Su situación podría haber sido diferente con otras políticas en esta legislatura?
-Habría sido distinta con otras políticas enfocadas a apostar por las pymes y las cooperativas y a crear puestos de trabajo. Financiar a grandes empresas y bancos ha fracasado, ese esfuerzo no se ha revertido en la sociedad, estamos peor que antes de la crisis. Los recortes en educación me han afectado lamentablemente. No puedo trabajar, pero tampoco seguir formándome, ya que actualmente es inaccesible para mí estudiar un master, porque cuestan el doble que hace años.
-¿Qué partido cree que encarna mejor sus intereses?
-Podemos por descarte. Su programa en temas de educación, sanidad o política exterior me parece bastante coherente y creo que es honesto en muchos aspectos. Estoy de acuerdo con algunas cosas que propone IU, pero me ha desencantado en otras. Lo que preferiría son las confluencias de los movimientos sociales, como en el caso de Madrid. De los partidos tradicionales ni hablo. Y Ciudadanos me parece un peligro, me da más miedo que el PP porque engañan usando el lenguaje de la calle.
-¿Qué le pediría al nuevo gobierno?
-Más políticas sociales y fomentar políticas de trabajo estable y digno. También, más sensibilidad de la que ha demostrado este Gobierno en materia de inmigración en la frontera de Ceuta y Melilla o en la crisis de los refugiados. Y, por último, un cambio en el sistema electoral porque el actual es muy injusto.