lunes, septiembre 23, 2024
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Corbata roja vs. corbata azul

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El bipartidismo vuelve a sus colores de guerra: el rojo y el azul. En 2011, el conservador Mariano Rajoy y el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba compartieron el color de la corbata: ambos se decantaron por el azul. Pero este lunes había más en juego que entonces. La 'vieja política' se reivindica a sí misma y los dos grandes partidos necesitan demostrar que no son iguales, pero sí la mejor opción. Si hace una semana la confrontación era entre lo viejo y lo nuevo, esta vez -en el único debate electoral al que el presidente del Gobierno asistirá- los colores han vuelto a liderar la puesta en escena. Y así lo han decidido sus protagonistas. Pedro Sánchez, con su corbata roja, y Rajoy, con una azul. Por si acaso alguien pudiera pensar que son lo mismo. 

Pero el color de los complementos no fue la única diferencia que se ha podido apreciar en este 'cara a cara' organizado por la Academia de la Televisión. Entre bambalinas, las diferencias han sobresalido. El primero en llegar a la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid ha sido el líder socialista, a las 9.15 horas, dos minutos después de la hora prevista. Lo ha hecho bajo un buen chaparrón -uno de los peores día de la campaña-, y acompañado por su mujer, Begoña Gómez, de negro riguroso, aunque combinado con una chupa de cuero, roja también.

Un paso por delante de ella, Pedro Sánchez ha saludado al presidente de la Academia de la Televisión, Manuel Campo Vidal, y ha subido la escalinata con paso firme. Antes de cruzar el umbral de la puerta, ha respirado hondo. Y por detrás de ambos, su séquito, formado por cinco asesores: el secretario de Organización del PSOE y coordinador de campaña, César Luena; Óscar López -que se ha encargado de las negociaciones del debate-; la directora de Comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz; el jefe de gabinete del líder socialista, Juanma Serrano, y su jefa de prensa, Verónica Fumanal.

Pedro Sánchez ha entrado en la ECAM envalentonado. Ni Campo Vidal podía seguirle el paso. Pero el deslumbre de docenas de focos -cuando ha llegado el momento de la foto de familia en el habitual 'photocall'-  le ha servido para volver a la realidad. En ese momento le ha dado la mano a su mujer y ya no la ha vuelto a soltar. Sánchez ya ha explicado en más de una ocasión lo importante que es para él Begoña Gómez y su presencia destacada en esta campaña es una muestra evidente de ello.

Todo lo contrario que Mariano Rajoy, que ha llegado diez minutos después, tal y como marcaba el protocolo. Sin esposa a la que poder sujetar con fuerza de la mano ante los focos, y con sólo dos asesores: su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, -con quien ha compartido coche-, y su secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro. Por detrás de ellos también se ha podido ver a Sergio Ramos, su asistente personal. «Tranquilo y contento». Así es como ha llegado al debate el presidente del Gobierno -su cuarto 'cara a cara' desde que es presidente del Partido Popular-, según explicaron fuentes 'populares'. Dos días y medio es lo que ha dedicado a preparar este debate . El sábado, la tarde del domingo y este lunes. «Aunque gran parte del día lo ha pasado con su familia y haciendo deporte», han explicado las mismas fuentes.

Rajoy no tenía ningún miedo a este 'cara a cara'. Ya sabía lo que era debatir con Pedro Sánchez. Lo ha hecho durante más de un año en el Congreso de los Diputados, y en todas las ocasiones ha salido indemne. Esto es lo que le ha llevado a prescindir de una nube de asesores. En 2011, pese a tener todas las predicciones de cara, sabía que su rival era un hueso más duro de roer. «Alfredo Pérez Rubalcaba no es Pedro Sánchez», advierten los 'populares'. Entonces, hasta seis asistentes acompañaron al entonces aspirante Rajoy al 'cara a cara'. Entre ellos estaban Ana Mato, Esteban González Pons y su sociólogo de referencia, Pedro Arriola. 

Los dos primeros ya pasaron a mejor vida. El tercero sigue visitando La Moncloa, pero su relación con Rajoy ya no es la misma desde hace un año. Arriola ha ayudado a Rajoy a preparar este debate, pero quien le ha asistido esta noche ha sido su verdadero hombre de confianza, Jorge Moragas. Él ha sido el encargado de entrar durante los escasos minutos de pausa a asesorar a Rajoy. En el caso de Pedro Sánchez, Óscar López ha sido el encargado de susurrarle al oído.

El debate, más bronco de lo esperado por ambas partes, ha concluido sin gestos de paz y de acercamiento. Todo lo contrario. No ha habido apretón de manos -a diferencia de a la entrada, donde ambos candidatos han podido saludarse en los pasillos de camino al estudio-, ni tampoco una foto conjunta. Pero sí una salida triunfal y otra cabizbaja. Ambos se han declarado «satisfechos» en declaraciones a los medios, pero sus caras no han demostrado lo mismo. Rajoy y su equipo -aunque se han quejado de la «falta de respeto» por parte del socialista- se han mostrado exultantes. La sonrisa forzada de Sánchez, por su parte, ha denotado un punto de decepción.

Más de 150 invitados han seguido el debate en dos salas aledañas al plató de televisión. En una, todos los directivos de las principales productoras españolas. En la otra, embajadores y empresarios. Además, en torno a 300 profesionales de los medios de comunicación han presenciado este importante 'cara a cara'. Entre ellos, importantes medios internacionales como la CCTV china, la alemana ARD, la colombiana RCN TV y agencias internacionales como Associated Press, Reuters o France Presse. Para que nadie en el mundo dejara de ser testigo de las broncas y los choques entre la corbata roja y azul de los candidatos.

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