La legislatura popular ha endeudado a los españoles a un ritmo de 12 millones de euros a la hora, es decir, 286 millones al día. La deuda que arrastra cada español se ha aumentado en más de 7.000 euros, desde los 15.900 que adeudaba en 2011 a los más de 23.000 que debe tras la legislatura de Mariano Rajoy que está a punto de concluir.
Pero el dato podría ser aún mayor. La deuda de cada español podría elevarse hasta los 31.000 euros, si se utiliza el cómputo de la oficina estadística europea, Eurostat, y no los del Banco de España. Los datos de Eurostat elevan las obligaciones contraídas por las administraciones públicas en la era Rajoy de los 418.000 millones que cifra el Banco de España a más de 500.000 millones. La diferencia está en que Bruselas incluye en la suma las garantías y deudas de empresas públicas. Con ese volumen, Rajoy superaría a su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, que cerró su legislatura con un incremento de 462.000 millones de euros.
Y la situación no parece que vaya a cambiar en los próximos años. En el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez del pasado martes, los candidatos a la Presidencia del Gobierno de los dos principales partidos no supieron responder con claridad a la pregunta de cómo reducirla. Mientras que Sánchez estaba dispuesto a prolongar más la senda de reducción del déficit, Rajoy se limitó a explicar que el rescate a la banca no ha tenido que ver con ese aumento.
La deuda 'oculta'
La oficina de Eurostat mostraba a principios de 2015 una realidad que el PP había borrado de su discurso económico. La deuda real de España era mucho más alta que la publicada, en concreto, 330.000 millones más. La estadística europea incrementaba el volumen de obligaciones de pago pendientes en un 31,34% del PIB, hasta situarlo muy por encima del 100%.
La deuda oculta que presenta Eurostat se divide principalmente en dos partidas: 193.000 millones en garantías y otros 131.000 millones correspondientes a la deuda de las empresas públicas. Las garantías son aquellas operaciones en las que el Estado se hace cargo de las eventuales pérdidas resultantes de una operación.
Una parte importante de esas garantías se ha constituido en la época del Partido Popular. Aunque Eurostat no ha quiso señalar ni cuándo ni cómo se ha alcanzado la cifra, si indicó que entre 2010 y 2013 se incrementó el volumen de garantías en un 40%. Una de las partidas más conocidas son los casi 19.000 millones comprometidos para rescatar a Grecia. En realidad, pese al cómputo realizado por Eurostat, esas cantidades sólo supondrían un coste para los contribuyentes en caso de que los deudores avalados por España (como el Estado heleno) incurriesen en impagos.
La otra gran partida es la compuesta por la deuda de las empresas públicas. El Banco de España ha señalado que es superior al 4% del PIB, pero subraya que está muy lejos del 12,46% del PIB que calculó Eurostat. La diferencia son más de 80.000 millones y obedece a que la oficina estadística europea incluye en su cuenta capítulos que el Banco de España no suma.
Los trucos del déficit
El presidente del Gobierno ha mostrado a lo largo de la campaña electoral la reducción del déficit como uno de sus grandes logros económicos. Para cumplir con los objetivos fijados por la Comisión Europea, el PP ha subido todos los impuestos, se ha valido de diversas ‘tretas’ y aún así no lo ha conseguido. Tampoco parece que en 2016 vaya hacerlo, tras el enfrentamiento con Bruselas a cuenta con la credibilidad de la senda de consolidación fiscal diseñada por el Ministerio de Economía, que dirige Luis de Guindos.
Rajoy ha defendido durante toda la legislatura que el PSOE había ocultado el verdadero déficit de 2011, que se cerró en el 9,5% del PIB. El PP no quiere recordar, sin embargo, que dos tercios de aquel desfase se debió al efecto de las comunidades autónomas. Entre ellas, algunas de gran peso económico y que gobernaba desde hacía años. El escándalo estalló al cierre de las cuentas de 2011 y a pesar de que el PP controlaba desde hacía más de medio año trece de las diecisiete autonomías. Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, Cantabria, Baleares y Valencia fueron las que más se desviaron.
Asimismo, Bruselas modificó los objetivos del déficit en tres ocasiones para acomodar la senda de consolidación a la realidad española. En primer lugar, se pedía un 5,3% para 2012, un 3% para 2013 y un 2,2% en 2014. Al poco tiempo, ese objetivo se suavizó porque España estaba claro que lo incumpliría. La Comisión elevó entonces los límites al 6,3% en 2012, al 4,5% en 2013 y al 2,8% para 2014. De nuevo, ante la imposibilidad de cumplir se volvió a elevar las metas: al 6,5% en 2013, al 5,8% en 2014 y al 4,2% en 2015.
Otra argucia del Ejecutivo consistió en un ‘maquillaje’ de las cuentas para cumplir los objetivos. El déficit presentado por el Gobierno no se incluye el coste del rescate público del sistema financiero español. Moncloa y el Ministerio de Economía justifican sus cuentas con el argumento de que estas cantidades no computan a efectos del procedimiento de déficit excesivo abierto contra España por la Comisión Europea. Sin embargo, sí cuentan a efectos de Eurostat. La última sorpresa llegó en 2014, cuando se cambió la metodología de cálculo del PIB y se incluyeron partidas que antes no se contabilizaban, como los ingresos derivados de la prostitución o del tráfico de drogas. Ambos sirvieron para reducir el porcentaje del déficit sobre PIB, pero no la cantidad de deuda.
¿Deuda privada convertida en deuda pública?
Una de las principales denuncias de los partidos de izquierdas es que la cantidad de deuda pública se ha desbocado en estos años de crisis por el trasvase de deuda privada. Aunque el montante total (la suma, entre otros conceptos, de los costes derivados de la nacionalización de entidades bancarias, rescates a grecia y a determinados sectores como las autopistas) es una incógnita, el concepto es real. Su existencia es la base de las quejas formuladas por determinados grupos, que aseguran que en España se nacionalizan las pérdidas y se privatizan los beneficios.
La banca se endeuda para otorgar crédito, cuando esos créditos otorgados se dejan de pagar de forma masiva, la entidad no tiene dinero para devolver el dinero que a su vez ha tomado prestado. Entonces, los acreedores bancarios (ya sea un ciudadano normal a través a un depósito o un banco alemán o francés) deben de asumir esa perdida, a no ser que se le inyecte dinero para devolverlo. Ese escenario estuvo detrás de la quiebra del sistema español de cajas de ahorros y fueron los ciudadanos los que tuvieron que correr con el coste de su reestructuración, para lo que tuvieron que endeudarse con Europa. Así, las deudas privadas se convirtieron en deuda pública. De la misma manera, el Estado ha rescatado a otras empresas asumiendo sus deudas, como es el caso de las autopistas o los paradores.
A pesar de ello, el volumen de deuda privada que se ha convertido en pública es sólo una pequeña parte del total.