El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, ha evitado valorar las negociaciones entre JxSí y la CUP para desencallar la investidura en Catalunya, más de dos meses paralizada: «Mi mejor contribución es no decir nada».
En un acto electoral de Democràcia i Llibertat (DL) ante las cuatro columnas de Puig i Cadafalch en Montjuïc, ha confiado este viernes en la labor de los negociadores: «Es un tema delicado, y aún más en campaña. No quiero que ninguna opinión, y especialmente la mía, puedan servir a alguien de excusa para enturbiar la negociación».
Se ha limitado a constatar que hasta ahora ha demostrado ser una negociación muy compleja, y ha recordado que la fecha límite se acerca y es el 10 enero: si no hay acuerdo entonces, deberían volver a convocarse comicios en primavera.
Mas se ha pronunciado así después de que el jueves se supiera que la CUP probablemente someterá a votación en su asamblea cuatro escenarios: dos que pasan por investir a Mas y dos que pasan por rechazarle.
Uno de los colectivos que forma parte de la CUP, Endavant, ya reaccionó este mismo jueves acusando a CDC de «chantajear» a los actores del proceso soberanista y volvieron a apostar por el 'no' a investir a Mas, una opinión que si se impone en el seno de la CUP obligará a convocar elecciones de nuevo.