Corría el año 1938 y España se hallaba inmersa en plena Guerra Civil, fracturada en dos partes irreconciliables, con una parte del territorio controlado por el Gobierno de la República y el resto dominado por el bando sublevado. Pero ni la devastación ni el dolor causado por los miles de víctimas -un mes antes había acabado la Batalla del Ebro, la mayor y más sangrienta jamás librada en suelo español- consiguió cerrar el paso a la ilusión de la lotería. Hasta el punto de que ese año, por primera y única vez en la historia de España, se celebraron dos sorteos de la Lotería de Navidad.
El bando republicano gozaba, desde el inicio de la guerra, de una ventaja sobre los llamados 'nacionales', que les permitió aprovechar los beneficios que generaban los juegos de azar. Su capital estaba en Madrid, por lo que tenían en su poder el control de los sorteos de Lotería Nacional, a través de la Dirección General del Tesoro y Seguros. Un negocio que ya en 1935, el año previo al estallido de la contienda, equivalía al 1,1% del Producto Interior Bruto del país.
Mientras que en la zona republicana los sorteos se celebraban casi con normalidad en comparación a los años anteriores al inicio de la guerra, en el área controlado por el ejército de Franco todo era mucho más caótico. La Lotería Patriótica de Zaragoza y la Lotería Patriótica de Sevilla eran los dos sorteos que más importancia y ventas consiguieron en las zonas bajo el control de los rebeldes. Así fue hasta el 13 de diciembre de 1937, cuando el bando franquista estableció una Lotería Nacional paralela a la republicana. El primer sorteo organizado por el nuevo ente se celebró el 1 de abril de 1938, en Burgos.
Dos sorteos de Navidad
En el segundo año de Guerra Civil, el bando 'nacional' ya estaba capacitado para organizar un sorteo de Navidad de la Lotería de Nacional. De ahí que ese año se diera por primera y única vez en la historia la curiosa circunstancia de que se celebrarán dos sorteos de Navidad en el país. Los franquistas fueron incluso mucho más espléndidos que sus oponentes en el campo de batalla en cuanto a los premios repartidos.
El sorteo organizado por el bando nacional tuvo lugar en la capital de su zona, Burgos, el 22 de diciembre. El premio ‘gordo’ estuvo dotado con cuatro millones de pesetas de la época, que recibió el portador del número 36.758, vendido en Málaga. Al mismo tiempo, tenía lugar en Barcelona el sorteo organizado por el Gobierno de la II República. En este caso, el primer premio fue para el número 22.655. Repartió tres millones de pesetas, una fortuna en medio del hambre y la carestía de productos de primera necesidad que sufría ya la población de la zona 'roja' a aquellas alturas de la contienda.
La situación de la Lotería Nacional en España se normalizó en agosto de 1939. Con Madrid ya tomada por el ejército de Franco y la guerra acabada, el día uno de ese mes se celebró en la capital el primer sorteo de Lotería Nacional ya reunificada. Aunque este sorteo tuvo una peculiaridad: en los billetes aún seguía poniendo como lugar de celebración Burgos, ciudad que fue testigo de más de 70 sorteos organizados por los nacionales entre los años 1938 y 1939.