Los resultados electorales de las elecciones generales en España (20D) arrojan unos resultados que vienen a reafirmar la tendencia hacia la regeneración política de la que ya aparecieron síntomas en las últimas municipales y autonómicas del 24 de mayo de 2015. La vida pública española ha llegado a un punto de complejidad e incertidumbre en el que el buen conocimiento y manejo de las herramientas que proporciona la Psicología Positiva tienen mucho que aportar.
“Hemos cambiado el lenguaje, pero no el mensaje”. A falta de unas horas para la cita más interesante de la democracia española ante las urnas, el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, convertido en el principal reclamo electoral del PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya), reconocía a este Instituto Europeo de Psicología Positiva (iepp.es) que si la campaña electoral ante el 20 D sobresalía de todas las demás era por ser “la más abierta que se plantea” y materializar “el fin del bipartidismo”, también presentaba otro rasgo distintivo, no menos importante: los candidatos renovaron radicalmente las formas de presentarse ante el electorado, sus gestos, sus escenarios, hasta el formato de sus debates… “Todo, salvo el fondo de sus discursos”.
En este mismo blog dijimos el pasado mes de junio que los resultados de las elecciones autonómicas y municipales de mayo demostraban que “la ciudadanía española es emocionalmente sana; afronta las dificultades y reacciona para superarlas. También tiene salud cívica, pues quiere regenerar la vida pública y no se desentiende de los problemas sociales, sino que busca sus soluciones” (“Regeneración de la vida pública, salud emocional y salud cívica”).
Los hechos demuestran que de ello tomaron nota los partidos y es esta regeneración la que ahora ha llegado a ellos y ha propiciado el ascenso de dos de las opciones más novedosas en el panorama político español, alternativas que parecen surgidas de la nada desde la Legislatura anterior, hace sólo cuatro años, cuando eran aún minoritarias (Ciudadanos) o totalmente inexistentes (Podemos).
“Comunicación” sin “reproches”
Trasladado a la Psicología, esta falta de renovación en el fondo de los mensajes a pesar de sus novedosas formas plantea la carencia de ‘locus interno’; es decir, la necesidad de saber percibir, reconocer y aceptar que la causa de lo que ocurre no sólo es responsabilidad de los demás, sino que tiene que ver con nuestra propia conducta.
La Psicología Positiva enseña a ejercer este ‘locus interno’ tan necesario en estos momentos. Es imprescindible que la clase política que ha obtenido en las urnas representación democrática sepa llevar a cabo una comunicación sincera y asertiva desde la crítica constructiva y no desde el reproche.
Los profesionales del Instituto Europeo de Psicología Positiva (iepp.es) “entrena” en este necesario diálogo con los demás desde la sinceridad, para poder expresar con firmeza, pero también con ánimo de fomentar la armonía, una comunicación que lejos de derivar en discusiones que separan acerque las diferentes posturas. Sólo así, desde la evidente discrepancia se puede también colaborar, e incluso llegar a un acuerdo sobre las metas más importantes a alcanzar.
La nueva etapa que comienza tras el 20 D necesita más que nunca esta comunicación asertiva y sin reproches, la crítica constructiva y el sentido positivo para fomentar la buena convivencia social y el beneficio común.