El Partido Popular tiene claras las cuentas. Aunque el escenario ante el que se encuentra no es el más deseado. Mariano Rajoy «hablará» con Ciudadanos, pero no será suficiente para gobernar. También necesita la abstención del PSOE. Por este motivo, a primera hora de este lunes, y pocas horas después de conocerse el resultado definitivo de las últimas elecciones generales, el vicesecretario de Organización de los 'populares', Fernando Martínez-Maíllo, ya ha pedido «responsabilidad» al PSOE, que ha repetido por activa y por pasiva que no pasará por ese aro: «5,5 millones de votantes han votado para cambiar a Rajoy», ha advertido el 'número dos' en Ferraz, César Luena. Aunque los 'barones' del PSOE tampoco están por la labor de gobernar con el apoyo de Podemos.
Con el resultado electoral obtenido, el PP –que se quedó a 53 escaños de la mayoría absoluta y con 63 diputados menos que en 2011– podría alcanzar el Gobierno en primera vuelta con sus votos y los de Ciudadanos y la abstención del PSOE, o en segunda sólo con sus votos y la abstención de los otros dos. «Todo el mundo tiene que retratarse, también el PSOE, que no puede quedar como actor secundario en los próximos días», ha advertido Maíllo, que ha insistido en apelar a la «responsabilidad» de los socialistas. «Está en juego la estabilidad de España y la recuperación económica», ha advertido Maíllo.
El PP vuelve a arremeter contra la «coalición de izquierdas» que en campaña ya se barruntaba. Ni siquiera Maíllo ha querido valorar si esta opción es legítima, sino que directamente ha pasado al ataque: «sería muy negativo para España». Según el vicesecretario de Organización del PP, lo único legítimo en esta ocasión es permitir que el PP invista a su candidato, que ha sido el más votado. Si no es así, ha dicho Maíllo, el PSOE tendrá que explicar cómo puede pactar con un partido, Podemos, que trata de sustituirle, y además sin tener siquiera mayoría absoluta.
Tras estas elecciones, en el PP se abre un nuevo frente: el liderazgo de Rajoy. Los 'populares' advierten de que si el PP consigue gobernar lo hará bajo el liderazgo del actual presidente de la formación. «No hay otro», ha insistido Maíllo. Claro que si los conservadores no consiguen renovar mandato -sería la primera vez en democracia que esto ocurre- entonces será el momento de mover ficha. En 2016 está pendiente que se celebre el nuevo Congreso Nacional del PP: y ahí podría haber sorpresas.
Maíllo, por el momento, sigue defendiendo al jefe de su formación. «No descarten ver a un Rajoy dialogando, es un hombre muy adecuado para las circunstancias actuales», ha insistido. Y para demostrarlo, en los próximos días Rajoy abrirá una ronda con todos los partidos políticos. En el PP admiten que Ciudadanos es una de las opciones «más posibles», pero por el momento se resisten a adelantar acontecimientos. Maíllo tampoco ha querido hablar de un pacto con el PNV. Ha optado por mantener el suspense.
El fantasma de Susana Díaz
El PP, consciente de lo que agrada en Ferraz que se invoque a Susana Díaz como único referente razonable en el PSOE, ha vuelto a hacer uso de este arma de desgaste. Según el vicesecretario 'popular', Javier Maroto, la presidenta socialista de Andalucía «no se plantearía poner Gobierno en manos de Pablo Iglesias». Así se ha expresado Maroto en RNE cuando se le ha preguntado sobre si para una 'gran coalición' de PP y PSOE preferiría a Díaz al frente de los socialistas en vez de a Pedro Sánchez. «No creo que Díaz se plantease formar Gobierno con un partido que pide una reforma constitucional para ponerlo todo patas arriba», ha zanjado Maroto.
El vicesecretario 'popular', que finalmente no ha conseguido entrar en el Congreso porque iba de 'número dos' por Álava, cree que si hay que convocar elecciones anticipadas porque es imposible formar Gobierno eso significaría un «doble fracaso» de los partidos de izquierdas. Según Maroto, no sólo sería reflejo de una «falta de generosidad» de los que no han ganado, sino que además no habrían conseguido entenderse entre ellos ni entender «la necesidad de un Gobierno estable en torno al partido que ha ganado». «Ni gobernarían ni dejarían gobernar», ha zanjado.