jueves, septiembre 26, 2024
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La Ley D’Hont y Podemos castigan a Izquierda Unida

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Noche aciaga para IU-Unidad Popular. La coalición de izquierdas liderada por Alberto Garzón resiste contra viento y marea a la fulgurante irrupción de Podemos y mantendrá representación paralemantaria durante la próxima legislatura, aunque sólo conservará dos escaños tras sufrir un fuerte descalabro y perder nueve diputados respecto a los comicios de 2011, con Cayo Lara al frente. La formación logra así los peores resultados en unas elecciones generales desde 2008 y vuelve a padecer los efectos de la Ley D'Hont, el sistema elcetoral que rige en España, que divide el territorio en circunscripciones y asigna a cada una un número de diputados en función de la cantidad de personas censadas. 

IU no ha logrado alcanzar el objetivo que se había marcado durante la campaña electoral y se ha quedado lejos de los cinco escaños necesarios para formar grupo parlamentario propio. Las urnas no se han apiadado de la formación: sólo un 3,67% de los votos que se han traducido en dos diputados. La coalición de izquierdas sólo ha aguantado el embate de Podemos en la Comunidad de Madrid, donde ha obtenido sus dos únicos representantes parlamentarios, pero ha sido incapaz de resistir en otras circunscripciones, como Asturias, Sevilla, Málaga, Valencia o Zaragoza, donde tenía puestas todas sus esperanzas de lograr los votos suficientes para entrar en el hemiciclo.

La coalición encabezada por Alberto Garzón confiaba en la resistencia numantina tras una campaña satisfactoria para su dirección y abarrotar buena parte de sus actos electorales. Su exitosa estrategia en las redes sociales, basada en un tono cercano y coloquial, tampoco ha sido suficiente para lograr unos resultados óptimos. IU ha aguantado a duras penas. Respecto a las elecciones de 2011, se ha dejado en las urnas más de 700.000 votos, pasando de 1.686.000 a 920.4000, y un 3,3% en porcentaje (del 6,92% al 3,67%). En total, IU ha perdido nueve asientos en el hemiciclo, un duro varapalo que el propio Garzón ha admitido, aunque ha defendido que «el resultado no es comparable porque el contexto es diferente y las aspiraciones también eran otras». 

La coalición de izquierdas ha sufrido las consecuencias del actual sistema de reparto de escaños, conocida como Ley D'Hont. IU necesita unos 461.000 votos para lograr un escaño, por ello y pese a ser la quinta fuerza política más votada, con 923.000 sufragios, sólo ha obtenido dos. La ley electoral favorece a las grandes formaciones y los nacionalistas, mientras que otras más pequeñas o más modestas lo tienen más complicado, como es el caso de IU. Según un cálculo realizado por el diario El País, si no se aplicara esta fórmula, IU habría obtenido entre 12 y 14 escaños frente a los dos que ha logrado este 20 de diciembre. Al PP, que cada uno de sus diputados le cuesta 58.662 votos, habría logrado 100 escaños. El PSOE, en cambio, necesita algo más que los 'populares': 61.452 papeletas. Podemos y Ciudadanos también son dos de las grandes perjudicadas, ya que cada escaño le cuesta 75.207 y 87.511 votos, respectivamente. El PNV es la fuerza política que resulta más beneficiada gracias al sistema D'Hont con un asiento parlamentario cada 50.264 asientos.

La entrada de Podemos en el Congreso le ha 'robado' a lU buena parte de su espacio en la izquierda y ha provocado un fuerte desgaste interno. Garzón hizo una apuesta personal por la coalición con Podemos, pero Pablo Iglesias la descartó finalmente tras meses de arduas negociaciones. Desde entonces, el líder de IU intentó buscar su espacio electoral apelando a los votantes de izquierdas ante el «giro al centro» de Podemos. Este mensaje sin embargo no ha calado entre el electorado de izquierdas -que han optado por el 'voto útil' y dárselo a la fuerza liderada por Iglesias- y la buena valoración que obtiene Garzón en todos los sondeos no se ha reflejado finalmente en las urnas.

Garzón insiste en converger con Podemos

Así las cosas, IU se enfrenta a su enésima crisis y se ve obligado a replantearse su futuro. Por ello, este lunes Alberto Garzón ha vuelto a comparecer ante la prensa para defender la estrategia política que ha seguido la coalición y ha insistido en la necesidad de avanzar en la unidad popular, sin descartar a su principal contrincante en la noche del 20D, Podemos.

El joven dirigente ha reconocido que IU no ha alcanzado los objetivos que se puso antes de la campaña electoral y ha aplaudido que la fragmentación del Congreso abre la puerta a derogar algunas leyes aprobadas por el PP durante los últimos años. Y también ha puesto en valor su capacidad para hacerse hueco en una campaña muy centrada en los cuatro primeros partidos políticos: PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Sobre la composición del futuro gobierno, Garzón se ha mostrado dispuesto a dialogar con todo el mundo, pero poniendo el programa electoral por delante porque no darán un «cheque en blanco» a ninguna formación. En todo caso, ha asegurado que los dos diputados de IU «no dejarán gobernar» al PP.

Tras los resultados de las elecciones, Garzón cree que la izquierda debe «repensar su espacio político» y hacer una reflexión «profunda y serena», sobre todo ante la constatación de que el PP se mantiene como el partido más votado después de cuatro años de «políticas de recortes» y movilizaciones sociales.

«Esto debe ser la punta de lanza de la necesidad de una reflexión serena, rigurosa y calmada en el tiempo», ha insistido reafirmándose en su apuesta por la unidad popular como el camino para desbancar a PP y PSOE del poder. «El resultado de Cataluña y Galicia ilumina los senderos que tiene que seguir la izquierda de cara al futuro», ha dicho señalando a las dos únicas comunidades en las que se logró acordar una candidatura de unidad junto a Podemos y otras fuerzas territoriales.

Garzón ha dicho que no ha hablado aún con Pablo Iglesias tras conocer los resultados ni hay abierta ninguna vía de negociación con Podemos, ni para un trabajo conjunto en el Congreso ni para explorar futuras vías de colaboración. Sin embargo, sí que ha insistido en la «filosofía política» de sumar fuerzas para «transformar el país».

«La unidad popular es un instrumento útil y vamos a seguir fortaleciéndolo y construyéndolo», ha defendido apuntando que, a su juicio, este proceso no debe basarse en una «negociación entre élites» sino en un trabajo «en la calle con serenidad y calma». En todo caso, Garzón lo tiene claro y cree que los resultados de Cataluña y Galicia «muestran claramente cuál es el camino». Según ha recordado, IU tiene «en su ADN» la construcción de la convergencia y seguirán «haciendo bandera» de ello. «Desgraciadamente no fue por nosotros por lo que no se pudo cristalizar», ha dicho acusando a Podemos de la ruptura de conversaciones el pasado mes de octubre.

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