El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha defendido este lunes ante su Comité Federal el aplazamiento del próximo congreso, previsto para febrero, porque considera que por encima de los asuntos «internos» del partido están los problemas de España. Y, según la dirección del partido, éste es la opinión mayoritaria del partido, a tenor de las intervenciones que ha habido en la reunión de este lunes.
Y esto a pesar de que los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y Asturias, Javier Fernández, se han pronunciado este lunes a favor de que ese congreso se haga cuando «toca», es decir, cuatro años después del que tuvo lugar en febrero de 2012.
Así se han pronunciado los tres primeros en declaraciones a los periodistas, mientras que el presidente asturiano lo ha defendido en la reunión, donde ha sido el segundo en tomar la palabra y el primero en abordar el asunto a puerta cerrada. Después, se ha marchado a Asturias, según fuentes socialistas debido a la crisis por los incendios en el Principado.
Sin embargo, la dirección socialista no cree que esto refleje la opinión mayoritaria de sus federaciones. A su modo de ver, en la cita de este lunes se ha visto que «hay opiniones» pero «el sentir mayoritario» coincide con el planteamiento de Pedro Sánchez.
Por ello, Ferraz mantiene su intención de aplazar el calendario interno y esperar a que se esclarezca la situación política. El pasado lunes, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, explicó que la dirección quiere retrasar el congreso a la primavera y convocarlo después de la sesión o sesiones de investidura.
Una circular de Ferraz criticada
Y así se lo transmitió a los secretarios provinciales y regionales en una circular, en la que informaba de que la Ejecutiva había decidido retrasar el Congreso, una decisión cuestionada desde algunas federaciones porque, según apuntaba un dirigente socialista, «sabe que no tiene capacidad para ello».
Ahora, la dirección mantiene su intención de esperar a que se aclare el escenario antes de fijar el calendario, pero en algunas federaciones, cuyos máximos dirigentes piden respetar los plazos, se apela ya a la responsabilidad para reunir de nuevo al Comité Federal y convocar un congreso que, aseguran, ya tiene fecha, de acuerdo a los estatutos.
De hecho, varios socialistas apuntaban al 9 de enero para esa nueva cita, que debe ser convocada por la Ejecutiva federal. A día de hoy, la dirección socialista no contempla esa convocatoria, aunque tampoco la descarta. Eso sí, insiste en que lo importante es el escenario político nacional.
Si la Ejecutiva no se reúne, el Comité Federal podría ser solicitado con un tercio de las firmas de este órgano. Los críticos no quieren hablar todavía de este extremo e insisten en que Ferraz debe tener «responsabilidad» y cumplir con sus obligaciones, convocando a ese órgano en lugar de enviar circulares.
Pese a que este congreso ha estado muy presente en todas las discusiones, desde un primer momento Ferraz ha recalcado que no podría votarse en la cita de este lunes, ya que ha sido un Comité Federal extraordinario y, por tanto, no se podían incluir nuevos puntos al orden del día fijado, que tenía como único asunto una resolución sobre pactos.
Desde las posiciones críticas también se ha cuestionado la interpretación que ha hecho la dirección del Comité Federal, ya que algunos socialistas consideran que es «mayoritario el peso de quienes piden que el congreso se celebre cuando toque».