miércoles, septiembre 25, 2024
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Pedro Sánchez quiere humillar a Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados

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Las negociaciones para investir al nuevo presidente del Gobierno encallan. El PP necesita el apoyo del PSOE y de Ciudadanos para revalidar a Rajoy como líder del Ejecutivo después de haber ganado las elecciones. Pero los socialistas se resisten. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, advirtió la semana pasada por enésima vez que los socialistas no favorecerán la investidura de “ningún candidato” del PP. Sin embargo, el líder socialista quiere que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, intente formar gobierno. Sánchez está dispuesto a acudir al Congreso de los Diputados a decir «no» al líder 'popular' cuantas veces sea necesario.

Es evidente que las condiciones para formar gobierno no son sencillas. Rajoy necesitaría en primera vuelta la mayoría absoluta, es decir, el voto favorable de las formaciones de Sánchez y Rivera. Algo impensable. Pero la segunda vuelta (donde ya sólo es necesaria la mayoría simple) no será más fácil. La única posibilidad que tienen los 'populares' es que el PSOE no logre los apoyos necesarios para formar una alternativa de izquierdas y, ante el temor a una nueva convocatoria electoral (donde podrían empeorar los resultados obtenidos el 20D, que ya fueron los peores de toda su historia), los socialistas acaben por abstenerse. Pero la comparecencia del pasado jueves de Sánchez desde Lisboa ha encendido las alarmas en la sede del PP.

Rajoy podría estar a punto de hacer historia. No sólo se convertirá en el primer líder 'popular' que no consigue ser investido en la primera votación, sino que también podría convertirse en el primer presidente de la democracia que gana las elecciones y no gobierna, y en el primer líder del Ejecutivo que no consigue repetir mandato. Sólo ha habido dos ocasiones en democracia en las que un presidente no ha logrado ser investido en la primera votación. El primero fue Leopoldo Calvo Sotelo en 1981, pero no fue elegido en las urnas, sino que sustituyó directamente a Adolfo Suárez tras su dimisión. El segundo fue José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, pero el entonces líder socialista sí tenía la mayoría simple para ser investido en la segunda vuelta.

La diferencia entre estos dos casos y la situación actual del PP es que Mariano Rajoy ni siquiera cuenta, en estos momentos, con la mayoría simple. A los 'populares' no les vale con la suma de Ciudadanos. También necesitan (al menos) la abstención del PSOE, que ya ha dicho que no facilitará un nuevo Gobierno del PP. De ahí que la humillación a la que se expone Rajoy puede ser mayúscula.

Alternativa de izquierdas

El líder de los socialistas dijo el pasado jueves por enésima vez que no apoyará la investidura de ningún candidato del PP y advirtió de que si Rajoy no logra los votos favorables que necesita, él «tenderá la mano a las fuerzas progresistas» para formar una alternativa de Gobierno. Una propuesta que, para sorpresa de muchos, ha contado con el apoyo de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, quien hasta el momento había liderado el bloque opuesto a un pacto con Podemos por considerar que la «unidad de España» es innegociable. También han llamado la atención las declaraciones que el viernes realizó la dirigente de Compromís, Mónica Oltra, quien ha advertido de que es más importante «rescatar a las personas» que un referéndum en Cataluña.

Ahora bien, el PSOE quiere ir paso a paso. Y el primero es que el PP intente formar gobierno. Pedro Sánchez está dispuesto a acudir al Congreso tantas veces sea necesario para decir «no» a Rajoy. El mismo escenario en el que en muchas ocasiones el socialista se ha visto humillado por los comentarios del líder del Partido Popular.

El ahora presidente del Gobierno en funciones no ha ocultado nunca su decepción por la elección de Sánchez como líder de la oposición. «Su intervención ha sido patética», «no tiene nivel para ser el secretario general del PSOE», «no da la talla para ser presidente del Gobierno» o «yo le tomo más en serio que algunos de los suyos, y mire que me tengo que esforzar mucho para ello» son algunos de los comentarios más demoledores que Rajoy le ha dedicado a Pedro Sánchez en sede parlamentaria. Ahora, el socialista podría devolvérsela. Y parece tener muchas ganas de ello.

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