La 'número tres' de Podemos, Carolina Bescansa, ha acudido este miércoles al Congreso de los Diputados acompañada de su bebé y no ha dudado en sacar el pecho para darle de mamar nada más empezar la sesión constitutiva de las Cortes Generales. Además, ha subido con él en brazos a depositar su voto en la primera votación para elegir al presidente de la Cámara.
Ésta no es la primera vez que Bescansa acude a la Cámara Baja con su segundo hijo. Ya lo hizo el pasado 6 de diciembre, durante el acto institucional que tuvo lugar en el Congreso con motivo del trigésimo séptimo aniversario de la Constitución.
La dirigente de la formación morada suele acudir a los actos públicos con su bebé, de seis meses de vida, y tiene pensado seguir haciéndolo, como ya avanzó durante la campaña electoral su líder, Pablo Iglesias, cuando se le preguntó por las medidas de conciliación que tenía previsto llevar adelante Podemos. Iglesias, que se encuentra en la segunda fila del Hemiciclo, también ha cogido en brazos durante unos minutos al bebé.
Críticas
La diputada de Coalición Canaria Ana Oramas cree que Bescansa ha llevado a su bebé al Congreso «para figurar», y ha defendido que los menores «necesitan protección».
Cuando los periodistas le han preguntado en los pasillos del Congreso qué opina de que Bescansa esté sentada en su escaño con su hijo, Oramas ha contestado: «Yo, hace 25 años, a los 15 días de una cesárea me tuve que incorporar» al trabajo.
Tras recordar que en la Cámara Baja hay una guardería, ha dicho que la decisión de la diputada de Podemos le parecería bien «si no tuviera posibilidades de dejar al bebé».
«Creo que es un tema más de figurar públicamente», ha concluido, subrayando que la intimidad de los niños se debe proteger. Como ejemplo, ha apuntado que «nadie» vio públicamente a su propia hija ni se ha visto al hijo de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que nació el pasado julio.
Oramas ha aclarado que su intención no es «criticar» y ha apostado por defender la maternidad y que pueda ser compatible con el trabajo. «Pero creo que también hay que saber cuáles son las prioridades, y a veces no merece la pena exponer a un niño, a un menor», ha añadido.