sábado, septiembre 28, 2024
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La primera casi-entrevista entre Rajoy y Puigdemont

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Para que luego digan que es difícil hablar con Mariano Rajoy, que no es una persona cercana y campechana. El todavía presidente del Gobierno ha querido demostrar, aunque casi sin proponérselo, que las puertas de La Moncloa, y, sobre todo, los teléfonos de la misma, están abiertos a todo el mundo, que cualquiera puede llamarle porque él se pondrá sin problemas.

Eso al menos es lo que ha demostrado una emisora radiofónica catalana, Radio Flaixbac, que llamó como quien no quiere la cosa a Moncloa y terminó hablando con el mismísimo inquilino de la misma, algo que ni el más optimista de su equipo esperaba lograr. 

La broma telefónica, una de las muchas que este 'morning show' ha realizado desde su nacimiento, empieza con la llamada de Marc Casanovas, el supuesto adjunto a la Consejería de Presidencia de la Generalitat.

Sólo con decir a quien representa logra que primero le pasen con la Secretaría de Presidencia y después que desde ahí le den esperanzas de que el presidente, que en ese momento estaba «ocupado», pero que «no va a tardar mucho en acabar», se les ponga.

Ya en la segunda llamada el supuesto adjunto a la consejería catalana pasa el auricular al imitador del president, que es el primer sorprendido cuando Rajoy le pregunta «¿Cómo va la vida?», para romper el hielo.

Metido ya en su papel, el imitador le indica que «ya tocaba que habláramos usted y yo», así como que «tenemos que buscar un día para empezar con buen pie», aunque sin tampoco darle muchas esperanzas de empatía, «sabemos lo que nos vamos a decir, pero sería para hacerlo oficial».

Rajoy, después de recordarle que «nos conocimos allí, en Cataluña, inaugurando el AVE en Girona cuando era usted alcalde», demuestra su talante conciliador y sus ganas de verle, «le propongo una cosa. Como esta semana está el Rey con las consultas, según como quede este asunto, que yo no sé cómo va a quedar, el lunes 25 le puedo llamar y, según cómo estemos, si hay investidura o no, y el tiempo, yo tengo la agenda muy libre con lo cual la podríamos fijar para 24 ó 48 horas».

Quizás porque no tenía ganas de quedar realmente con él, o simplemente porque creía que la broma ya había llegado demasiado lejos (seguramente otras emisoras habrían ido «hasta el infinito y más allá», como diría Buzz Lightyear), Carlos Pérez le confesó a Rajoy que «no nos pensábamos que esto pudiera salir así y le estamos llamando de una emisora de radio», así como que «estamos tan sorprendidos como usted, era para rebajar la tensión y decirles que se llamaran». 

Rota la magia del momento, el presidente verdadero, el del Gobierno, sólo pudo responder que «no es serio, hagan lo que quieran pero esto no es serio«, denotando una tristeza similar a cuando tu pareja te dice que todo se ha acabado. Quizás todavía ande pensando que «fue bonito mientras duró». 

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