Desconcertado, descolocado y muy preocupado. Así es como se encuentra el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy. El golpe de efecto dado por el secretario general del Podemos, Pablo Iglesias, le ha pillado de sorpresa y en pleno Consejo de Ministros. Mientras el aún Ejecutivo 'popular' aprobaba un plan de convivencia escolar y analizaba de nuevo un informe positivo sobre sus políticas económicas, Iglesias le anticipaba a Rajoy a través de los medios de comunicación que no hacía falta que presentara al Rey su candidatura a la Presidencia, porque él iba a permitir al socialista Pedro Sánchez ser el próximo presidente del Gobierno español.
Una propuesta que ha dejado sin palabras al Gobierno. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha comparecido a las 13,30 horas en Moncloa para dar cuenta de los asuntos aprobados en la reunión ministerial de este viernes; y lo único que ha dicho a este respecto es que es a Sánchez al que «le corresponde opinar sobre este asunto». Eso sí, la portavoz gubernamental no ha desaprovechado la ocasión de insistir en la oferta que Rajoy ha defendido tras el 20D de formar un gobierno con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos. «Podemos compartir y trabajar juntos en una agenda moderada que defienda la unidad de España y siga con la consolidación de la recuperación económica que tanto ha costado a los españoles. Creemos que es la posición compartida por la mayoría. Lo que quieren los ciudadanos es estabilidad y tranquilidad política», ha zanjado, no sin antes pedir a Sánchez que «no juegue» con el futuro de España.
Respecto a la petición que este viernes ha hecho la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, a Rajoy para que se sacrifique y sea posible formar un gobierno con el PSOE y Ciudadanos, Santamaría ha sido clara y rotunda: la candidatura de Rajoy es condición 'sine qua non' para un Gobierno del PP. Sin embargo, en lo que respecta a la estrategia que el líder 'popular' planteará al rey en su encuentro en Zarzuela a las 17.00 horas, ha guardado silencio. «Esa comunicación le corresponde al presidente del Gobierno», ha rematado la vicepresidenta, que sólo ha permitido preguntar a tres periodistas, y dos de ellos sabían que se iban a interesar por economía y por el desafío soberanista catalán.
Las caras en el Palacio de la Moncloa dejan adivinar el estado de ánimo que se respira en el Gobierno. La vicepresidenta, que ha aparecido por primera vez con gafas en una rueda de prensa (ha alegado un problema de conjuntivitis por el que el médico le ha impedido el uso de lentillas), ha estado acompañada en esta ocasión, además de por su jefa de Gabinete, María González Pico, por su hombre de confianza y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. Su papel hoy no era sencillo, y no sólo por lo complicada que está la investidura de su jefe, sino porque también ha tenido que anunciar el cese de su colaborador Federico Ramos de Armas tras su implicación en el 'caso Acuamed'.
El PP insiste en que Rajoy pedirá ser investido
El Partido Popular, sin embargo, sí ha defendido la «legitimidad» y el «derecho» de Mariano Rajoy de acudir al debate de investidura para ser presidente del Gobierno. El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo, ha admitido que «hay un gran problema» que «se llama «Pedro Sánchez», que «quiere salvarse a sí mismo a costa de España». Sin embargo, ha avanzado que en la investidura el presidente en funciones hará a la Cámara una oferta «generosa» y «valiente» y el líder del PSOE tendrá «muy difícil» decir 'no' y explicar ese rechazo a los españoles.
Los 'populares' también han opinado sobre la oferta de Iglesias a Sánchez. «Sánchez tiene que explicar si está dispuesto a poner la VP de España y el CNI al servicio de los intereses de un empleado de Maduro e Irán». Éste ha sido el mensaje que el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, ha lanzado al PSOE a través de su cuenta oficial de Twitter.