El 90 por ciento de los casos de 'bullying' tienen síntomas de alerta previos como por ejemplo, que los menores no quieren ir al colegio o que padecen el síndrome del 'domingo por la tarde', según han informado expertos del Coaching Club.
«Al no afrontar debidamente este tipo de comportamientos y no tomar medidas para corregir estas conductas en edades tempranas, el número de acosadores frecuentes va creciendo con los años. Estos niños van adquiriendo un modelo de relación interpersonal tóxica y depredadora, basada en la fuerza y en la imposición, que va consolidándose con los años», ha comentado la directora y terapeuta de Coaching Club, Verónica Rodríguez Orellana.
Y es que, según datos de Coaching Club, el acoso escolar se ha convertido en la primera preocupación de los padres tras los últimos sucesos ocurridos en España con víctimas algunas de ellas mortales. El número de visitas a las consultas se han ido incrementando en el último semestre de 2015.
Épocas en las que prestar especial atención
Detectar estos síntomas se vuelve en un factor clave para la prevención y lucha contra este acoso. La vuelta al colegio tras las vacaciones ya sean de verano, de navidades o Semana Santa suelen ir acompañadas de la agudización de los síntomas. Por tanto, los meses de septiembre-octubre, enero y marzo-abril, son épocas en las que mayor atención se debe prestar al estado anímico de los menores.
En concreto, existen algunas actitudes comunes entre los niños que sufren este tipo de acoso como, por ejemplo, si tiene golpes y moratones injustificados, muestra un alto grado de irritabilidad y nerviosismo, experimenta cambios de carácter, presenta tristeza injustificada, no tiene ganas de ver a sus amigos ni de salir de casa, padece cefalea y dolores abdominales, o pierde objetos.
«Hay que tener muy en cuenta que el acoso escolar no es un juego inocente. El acosado no sobrevive al mismo reaccionando con una venganza de idéntico nivel y que el 'bullying' dista de favorecer el endurecimiento del carácter de un niño, sino que siempre constituye una violación grave de sus derechos, degrada su dignidad como ser humano y puede tener unas secuelas difíciles de restañar en el devenir vital del individuo», ha zanjado la directora de Coaching Club.