La Presidencia Federal de Izquierda Unida estudiará este jueves un informe sobre la situación económica de la organización después de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre y tras haberse quedado sin grupo parlamentario propio en el Congreso, lo que veta su acceso a una serie de recursos mensuales, la subvención por el denominado 'mailing' electoral y reduce un 40 por ciento sus ingresos.
En el orden del día de la Presidencia Federal figura un punto específico dedicado al análisis de la situación económica que, según han reconocido fuentes de la dirección, es «complicada».
IU se ha visto obligada a hacer este reajuste presupuestario después del mal resultado obtenido en las urnas y, sobre todo, tras fracasar los intentos de sus dos diputados -Alberto Garzón y Sol Sánchez- de formar grupo parlamentario propio en el Congreso, y verse finalmente abocados al Grupo Mixto.
La principal consecuencia económica de formar parte del Grupo Mixto es que IU no recibirá subvenciones por el denominado 'mailing' electoral, en el que invirtió casi dos millones de euros para el 20D, alrededor del 70 por ciento de su presupuesto total de campaña.
Esto hace que la deuda de la organización, que había descendido desde los 13 hasta los nueve millones de euros en los últimos siete años, vaya a volver a subir hasta los once millones de euros, según han detallado fuentes del partido.
Sin embargo, dejan claro que IU no está en quiebra ni en situación de bancarrota. Su objetivo es poder seguir haciendo política más allá del reajuste presupuestario que tenga que poner en marcha y que podría incluir una propuesta de ERE o ERTE a sus trabajadores.
Según recuerda, la organización ya atravesó un proceso similar cuando Gaspar Llamazares se quedó como su único representante en el Congreso. Y entonces tenían menos diputados en el Parlamento Europeo y menos concejales municipales, según destacan.