El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez Maíllo, ha asegurado este lunes que el presidente del Gobierno en funciones y líder del partido, Mariano Rajoy y el PP no solo no han «tirado la toalla» en la formación de un gobierno, sino que además creen que es «posible».
En declaraciones a Onda Cero, Maíllo ha explicado que el PP «no ha renunciado a formar gobierno ni hoy ni mañana ni el viernes pasado» y que, por lo tanto, ha explicado, desde el partido siguen trabajando en su idea de formar un gobierno de estabilidad.
En otro orden de cosas el dirigente 'popular' ha opinado que Sánchez «no es honesto» en la propuesta de consulta a las bases y que en lugar de buscar «la voz de los militantes», lo que ha intentado hacer es tratar de «salvar algunos obstáculos» en el Comité Federal del PSOE celebrado este sábado.
Maíllo ha apuntado, en esta línea, que Sánchez «imita bastante» al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y que ahora también lo hace con las consultas a la militancia.
Asimismo, preguntado por la confianza del PP en un Gobierno de estabilidad con apoyo de PSOE y Ciudadanos cuando el PSOE ya se ha negado, Maíllo ha asegurado que «no es la primera vez que Sánchez hace lo contrario de lo que dice».
De la misma forma, ha explicado que algunos socialistas «dicen en privado una cosa» que después «no son capaces de decir en público». De hecho, ha afirmado que algunos dirigentes creen que lo «más razonable» es ese gran pacto de estabilidad.
Finalmente y preguntado por las últimas detenciones en la trama de corrupción del PP valenciano relacionadas con la empresa pública Imelsa, entre las que se encuentra la del expresidente del PP en la provincia, Alfonso Rus, Maíllo ha recalcado que si bien el partido reconoce que en el pasado no han sido suficientemente diligentes con la corrupción, en este caso no se les puede acusar de lo mismo.
Ha añadido, en este sentido, que «no es fácil poner una gestora en el PP de Valencia», una ciudad «muy importante» para el partido, y que el PP lo ha hecho en 24 horas.
Maíllo ha explicado que, más allá de los partidos, España «necesita un acuerdo contra la corrupción». Ha ejemplificado con » los grandes casos de corrupción del PSOE» de los años 80 y 90, cuando se creyó que un cambio de gobierno era suficiente cuando, en realidad, ha sentenciado, no fue así. «Esto no es una cuestión de partidos, es una cuestión de personas», ha concluido.