El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dará un «paso al frente» e intentará formar gobierno si el líder del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, de nuevo vuelve a renunciar a hacerlo. Así lo ha anunciado este martes en el Congreso de los Diputados en la rueda de prensa posterior al encuentro que ha mantenido con el Rey en Zarzuela. «Desde hace 45 días hemos dicho que la democracia no tiene atajos y que hay que respetar los tiempos. Pero si Rajoy renuncia a su obligación, lo haremos nosotros», ha arrancado Sánchez su intervención.
Sus opciones para conseguir ser investido son tres. Con el apoyo de Podemos, PNV, IU y la abstención de los independentistas. Con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del Partido Popular. O con el apoyo de Ciudadanos y Podemos. No obstante, ninguna de estas opciones valdría si tenemos en cuenta los vetos que todas las formaciones han puesto para sentarse en la mesa de negociación. Sánchez, que se ha negado aún a hablar del nuevo gobierno, sí ha dejado dos cosas claras: no habrá acuerdo con los independentistas por «convicción»; y con el PP hablará, porque es la alternativa al PSOE y por «respeto a sus siete millones de votos», pero no porque vaya a buscar su apoyo.
Ante este escenario, la opción más viable para el PSOE, y que le permitiría gobernar, al menos con el beneplácito de una parte importante de sus 'barones' regionales, es el acuerdo con Ciudadanos y Podemos, que esta misma semana han dejado claro que son «incompatibles» para llegar a un acuerdo. La formación liderada por Pablo Iglesias no gusta a muchos dirigentes socialistas, pero neutralizada con Ciudadanos sería la opción menos agresiva que tendría Pedro Sánchez para convertirse en el próximo presidente del Gobierno.
A ellos, de hecho, les ha dedicado los mensajes más importantes de la comparecencia de este martes. Sánchez ha advertido de que la repetición de elecciones no sería «la solución». Por ello, en primer lugar, ha pedido a Rivera e Iglesias que se dejen de «vetos» y no hablen «de sillones» sino de «soluciones». Y en segundo lugar, ha dejado claro que él está dispuesto a encabezar un «gobierno del cambio». No ha querido aclarar con cuál de las dos formaciones hablará antes, pero sí ha reiterado que si el acuerdo finalmente no se produce, no será por el PSOE, sino porque las otras dos fuerzas políticas se resisten.
De nuevo, la pelota cambia de tejado. Si hace unas horas era Iglesias el que pedía a Sánchez decisión, en esta ocasión ha sido el socialista el que ha puesto en tela de juicio la voluntad de Podemos para llegar a un acuerdo con el PSOE. «En los últimos días, por parte de Pablo Iglesias, no sólo he sido objeto de desplantes, sino también de arrogancia. Para poder hay que querer. Y habrá que saber si Podemos realmente quiere», ha dicho Sánchez, en referencia a su propuesta de Gobierno y a su veto a Ciudadanos, a sabiendas de que ésa es la única fórmula que el PSOE podría aceptar. «El cambio no sólo es de personas, sino también de políticas. Y no sólo es importante el fondo, sino también las formas», ha zanjado Sánchez.
Pedro Sánchez no ha querido desvelar nada de sus conversaciones con el Rey. Ni siquiera ha querido aclarar si Felipe VI le ha planteado que tenga que haber un periodo más largo antes de realizar el encargo de formar Gobierno dado que ninguno de los candidatos ha ido con los números cerrados. «Quedan muy pocas horas», se ha limitado a responder el socialista, quien espera recibir la oferta del Rey en las próximas horas para empezar su ronda de negociaciones «ya» y «desbloquear» la situación. «Un gobierno progresista, reformista y transversal». Esta es su apuesta para la próxima legislatura.