El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirma los pronósticos que auguraban que el PSOE saldría mal parado en unas nuevas elecciones. Los socialistas caerían 1,5 puntos respecto a los comicios de diciembre y se quedarían con un apoyo del 20,5% (intención de voto), un resultado con el que perderían la segunda posición al verse desbancados por Podemos y sus confluencias, que lograrían sumar el 21,9% de los apoyos. El escenario político tras unas nuevas elecciones no cambiaría mucho para el resto de los contendientes. El PP obtendría un resultado casi calcado al del 20D: el 28,8% de los votos frente al 28,72% actual. Ciudadanos se vería ligeramente perjudicado en una nueva convocatoria, aunque su caída sería muy leve, ya que pasaría del 13,93% de los sufragios al 13,3%. Izquierda Unida, por su parte, se anotaría un resultado muy parecido al obtenido en la última cita electoral.
A tenor de los datos que arroja la última encuesta del CIS, Pedro Sánchez está aun más presionado si cabe y se antoja vital alcanzar un pacto con el resto de formaciones políticas con las que está negociando su investidura y evitar así una nueva convocatoria electoral que sería devastadora para sus intereses. Sin embargo, el líder socialista no se ha dado por aludido y ha ignorado los datos del barómetro. «El CIS se hizo a principios de enero y creo que han pasado muchas cosas. Ese CIS está caduco«, ha asegurado en una comparecencia de prensa en el Congreso tras mantener una reunión con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dentro de la ronda de conversaciones que está llevando a cabo para buscar apoyos trata de formar Gobierno. En este contexto, el secretario general del PSOE ha calificado de «casual» que precisamente hoy Mariano Rajoy haya acudido al Congreso para comparecer ante el Grupo Popular y haya opinado sobre los resultados del CIS.
En Génova no han querido pasar por alto los datos del CIS. Los 'populares' han hecho una lectura positiva de éstos y no han dudado en arrojárselos a Sánchez para presionarle en favor de un entendimiento entre PP y PSOE para llegar a un pacto de Gobierno. El vicesecretario de Organización de la formación conservadora, Pablo Casado, ha advertido al líder socialista de que se puede producir «la 'sorpasokización' a la que hacia referencia Pablo Iglesias, es decir, hacer el sorpaso a Podemos y sustituirle como pasó con el PASOK en Grecia». Por ello, el dirigente del PP ha instado a Sánchez a analizar los datos y ver «hasta qué punto» quiere seguir negociando con Podemos de cara a la formación del próximo gobierno. «Por eso tenemos que entendernos, tenemos que pactar», ha sentenciado
Otro que ha tomado buena nota de la encuesta es Pablo Iglesias. Podemos y sus alianzas territoriales lograrían el ansiado vuelco electoral que le auparían a la segunda posición con 1,4 puntos por delante de los socialistas. Con la suma de los votos que obtendrían todas sus confluencias, la formación morada se alzaría con el 21,9%, frente al 20,66% actual. La matriz Podemos obtendría el 13,2%, En Comú Podem mejoraría sus resultados y subiría casi un punto en intención devoto (pasa del 3,6% al 4,5%), Comproimís-Podemos alcanzaría el 2,5%, y En Marea, 1,7%. Sin embargo, la encuesta no refleja los efectos que tendría en el electorado el órdago que Pablo Iglesias lanzó al PSOE el pasado 22 de enero tras reunirse en primera ronda con el rey y ofrecer a Sánchez un Gobierno de coalición, en el que pretende reservarse la vicepresidencia del Ejecutivo y cinco carteras ministeriales.
Albert Rivera también ha valorado el barómetro del CIS que mantiene a Ciudadanos en cuarta posición en caso de convocarse nuevos comicios, pero con menos apoyo electoral al obtener una estimación del 13,3%, frente al 13,9% que le dio el escrutinio del 20D. En intención directa de voto el partido de Albert Rivera se queda con un 8,3%. El líder de la formación naranja ha dicho que el mapa político «prácticamente no cambiaría» y ha insistido en una las consignas centrales de su precampaña electoral, que finalmente se ha refrendado en las urnas. «Para los viejos partidos se acabó una forma de entender la política de trincheras, la corrupción, la desigualdad y el no hacer reformas en el marco político y democrático», ha afirmado un Rivera que también ha querido lanzar un mensaje a «los que hacen cábalas electorales» -en clara alusión a Podemos- y creen que repetir las elecciones es «la única solución» para que formar un Gobierno. «No sería bueno para España aunque algunos partidos crean que pueden mejorar sus resultados, hay que abandonar la calculadora electoral y pensar en España», ha afirmado.
El resto de fuerzas políticas tampoco experimentaría grandes cambios. IU se anotaría un porcentaje de apoyo tan sólo una décima por encima del 3,6% que obtuvo el 20D. ERC conseguiría ahora más apoyos -el 2,8% frente al 2,3% que le dieron la urnas-, mientras que Democracia y Libertad se dejaría medio punto y bajaría al 1,7% de los sufragios. Tanto el PNV como Bildu incrementarían su respaldo respecto a las elecciones pasadas. La formación jeltzale subiría una décima (hasta el 1,3%) y la coalición abertzale ganaría dos y llegaría al 1%.
Suspenso de todos los líderes
Ninguno de los líderes consigue rebasar la barrera de los cinco puntos. El más valorado es Alberto Garzón, que gana un puesto respecto a la encuesta preelectoral del CIS y se anota un 4,68%. En segundo lugar irrumpe el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, con un 4,26. Albert Rivera, que antes del 20D era el mejor puntuado, baja ahora al tercer lugar y se queda con un 3,92. Pablo Iglesias repite en el cuarto lugar con una nota de 3,78 y Pedro Sánchez pierde fuelle al caer hasta el quinto puesto con un 3,75, su peor puntuación desde que es secretario general del PSOE. Mariano Rajoy sigue en caída libre y queda relegado al antepenúltimo puesto del ranking al pasar de un 3,31%, a un 3,08%.
Las entrevistas en las que se basan los resultados que arroja el estudio se elaboraron tan sólo trece días después de las elecciones generales de diciembre, concretamente entre el 2 y el 11 de enero. Es decir, antes de la constitución de las Cortes y de que Felipe VI iniciara su primera ronda de contactos para buscar un candidato a la investidura.