viernes, noviembre 29, 2024
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Las cuentas imposibles de Ferraz

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“Tenemos muchas cosas en común”. Ésta es la conclusión más importante que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha extraído de su reunión con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Una declaración cargada de intencionalidad con la que el líder socialista ha querido mandar un mensaje de tranquilidad a sus ‘barones’ inquietos. Hay sintonía entre ambas formaciones, pero lo cierto es que no es suficiente para formar un gobierno alternativo al del Partido Popular. Si no consigue los “síes” de los dos partidos que ya se han vetado mutuamente (Podemos y Ciudadanos), no le quedará más remedio que elegir entre repartirse los ministerios con Pablo Iglesias, conseguir la abstención de los independentistas o ir a nuevas elecciones.

El veto a los ‘populares’, a ERC y Democràcia y Libertad que el propio líder socialista se ha impuesto le deja un estrecho margen de maniobra. El PSOE sólo tiene dos combinaciones posibles: el voto favorable de Ciudadanos y Podemos. O, en último término, el voto favorable de Podemos y la abstención de Ciudadanos. El voto favorable de los de Albert Rivera y la abstención de los de Pablo Iglesias sólo sumarían 129 «síes» y el PSOE estaría condenado a contar con la abstención de los independentistas. De no ser así, los 140 «noes» que sumarían PP, ERC y DL le tumbarían en el Congreso de los Diputados.

La negociación con Ciudadanos es importante, pero en absoluto decisiva. La aritmética complica el escenario más deseable de Ferraz. El Comité Federal del pasado sábado -y las posteriores filtraciones de sus conversaciones- evidenciaron que un Gobierno con Podemos se atragantaría. Por ello, la opción menos agresiva que tiene Pedro Sánchez para convertirse en el próximo presidente del Gobierno es introducir a Ciudadanos en la ecuación.

No obstante, ninguna de las combinaciones posibles parece factible en estos momentos. El escenario que mejor se vería en Ferraz (PSOE+Ciudadanos) es imposible sin contar con la abstención del Partido Popular o de los independentistas. Y los dos son vetos socialistas. “Siempre he dicho que no voy a ser presidente a cualquier precio. El PSOE no va a buscar el apoyo de los independentistas catalanes a mi investidura”. Estas fueron las palabras textuales que pronunció el líder socialista el mismo día que el Rey le propuso como candidato a la Presidencia. No necesitaría el apoyo explícito de PP, ERC y DL, pero la abstención en cualquiera de estos casos sería interpretada como un apoyo tácito. Y ha sido rechazada.

Después de descartar una ‘gran coalición’ con los ‘populares’ y un acuerdo PSOE+Podemos+IU+PNV con la abstención de los independentistas, las opciones que le quedarían a Pedro Sánchez son sólo dos. Aunque ninguna viable mientras Podemos y Ciudadanos no cedan. El líder socialista sólo será investido presidente si da la vicepresidencia y seis ministerios a Pablo Iglesias y convence a Albert Rivera de que Podemos tiene que estar en su gobierno; o presiona a ambos para gobernar en solitario y conseguir un costoso “sí” a cambio de un acuerdo de gobierno pero no de sillones. La abstención del PP también le valdría, pero a Mariano Rajoy ni se le pasa por la cabeza.

Si ninguna de estas opciones cuajan, el destino irremediable será una nueva convocatoria electoral.

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