El Partido Popular ha aprovechado el 'impass' de este domingo en la ronda de conversaciones entre el PSOE y el resto de formaciones políticas para cargar duramente contra Pedro Sánchez. En esta ocasión ha sido la 'número dos' de la formación conservadora, María Dolores de Cospedal, la que ha pasado al ataque contra el candidato socialista a la investidura al acusarle de haberse negado a hablar con el PP «hasta en 17 ocasiones». De esta forma, la secretaria general sigue la estela de Mariano Rajoy, quien este sábado reprochó a Sánchez que no haya querido saber nada de él desde el 23 de diciembre en el único encuentro que tuvieron tras la cita electoral del 20D.
La dirigente 'popular' no entiende por qué Sánchez quiere hablar «con todos menos con el partido que ha ganado las elecciones». «Es una «forma curiosa de creer en la democracia y de faltar al respeto a siete millones de españoles que han votado al PP», ha añadido. Cospedal ha apostado por que el próximo Gobierno debe ser «fuerte» y «constitucionalista» para garantizar el futuro de España; y ha vuelto a apelar a una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, la «única opción posible» a su modo de ver. Por ello, la expresidenta de Castilla-La Mancha ha vuelto a tender la mano a Sánchez y Rivera en favor del diálogo y el entendimiento.
Como si fuera un mantra, el PP alega y repite que el pacto PP, PSOE, Ciudadanos es el único que garantiza «estabilidad y futuro» para España. Es prácticamente la única bala que tienen en la recámara desde el pasado 20 de diciembre para poder conservar la Moncloa; y lo van a defender a capa y espada. En Génova saben que su discurso machachón puede darles rédito en caso de que se convoquen nuevas elecciones si finalmente Sánchez no llega a ningún acuerdo con otros partidos para ser investido y formar Gobierno. Por ello, Cospedal ha abogado una vez más por una gran coalición liderada por el PP por tres motivos fundamentales: «porque ganó las elecciones, porque es el que garantiza el crecimiento real de España y porque se garantiza un gobierno fuerte que puede tomar decisiones».
En su intervención en un acto de Nuevas Generaciones del PP en Madrid, Cospedal ha presumido de que su partido tiene «cuatro grandes virtudes» que definen la política con mayúsculas: «la responsabilidad, la unidad, el diálogo y la sinceridad». La dirigente conservadora ha recalcado que «el único pacto posible es el de los partidos constitucionalistas, que tenemos ideas parecidas en lo esencial».
Cospedal cree que es posible «debatir reformas y ceder para llegar a acuerdos», pero ha dejado claro que «la frontera infranqueable» en el acuerdo y en la cesión es la igualdad y la unidad de todos los españoles. Por ello, no ha dudado en situar al PSOE en la encrucijada particular en la que se halla inmerso desde el 20D y le ha pedido que no ceda ni traicione el futuro de España y de los jóvenes españoles. «No se puede ceder a cualquier precio», ha sentenciado.
También ha instado a los socialistas a que «no engañen a nadie» con tantas «escenificaciones de reuniones, cartas o principios de veto» y ha arremetido contra la etiqueta de «Gobierno de progreso» que el PSOE pretender abanderar. Para ello no ha dudado en echar la vista atrás y repasar los cuatro años de Rajoy en el poder. «Cuando España progresa es con el PP, que es cuando crece, se crea empleo, se consolida la sociedad de del bienestar, se garantizan las pensiones y se trabaja por un empleo de calidad», ha expuesto.
Su intervención ha subido de tono en el momento que ha recordado la herencia recibida por el PSOE cuando el PP llegó a la Moncloa y ha cargado con dureza contra los socialistas a los que ha tachado de «izquierda radical». «Los mismos que dicen que lideran un Ejecutivo de progreso nos dejaron en la ruina hace cuatro años. A eso se llama Gobierno de la izquierda radical, no de progreso. Eso se llama confundir», ha criticado.