«No hay más cera que la que arde». Así se ha expresado el exdirector general de Deportes del Govern José Luis 'Pepote' Ballester al aseverar que en ningún momento nadie del Ejecutivo autonómico discutió el pago de 1,2 millones de euros a favor del Instituto Nóos presidido por Iñaki Urdangarin de cara a la celebración de la primera edición del conocido como Illes Balears Forum. A ésta siguió una segunda por 1,1 millones.
Durante su declaración como acusado en la segunda sesión del juicio que se celebra en Palma por el caso Nóos, Ballester, medalla de oro de vela en los Juegos Olímpicos de 1996, ha manifestado que, en ese momento -en 2005, año en que se celebró el primer foro-, «nadie se planteó» si había que negociar el expediente y, además, «no se discutían las cosas que el presidente decía», en alusión a Matas.
«¿Por eso no se comprobaron los precios?», le ha espetado en ese instante el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, a lo que el procesado ha respondido que esta forma de proceder «me pareció lo más normal. Se acordó firmar por ese importe y sólo por ese importe». En cuanto a la fórmula con la que fue articulado el convenio para la celebración del primer foro -la misma con la que fue impulsado el segundo-, ha recalcado que fue Matas quien la decidió.
«Aquí nadie sabía ni decía nada. Fue luego cuando comencé a interiorizar que no estaba bien hecho», ha remarcado, recordando que entonces los responsables de Nóos les comentaron que se trataba de una entidad sin ánimo de lucro.
“Vestir al santo”
'Pepote' Ballester ha afirmado que era el exmandatario autonómico quien daba las «directrices» para «vestir el santo» y manipular las actas de la Fundación Illesport, uno de los órganos que contrató con el Instituto Nóos bajo el mandato del expresidente del PP.
El acusado, uno de los principales 'arrepentidos' en el marco del caso Nóos, ha abierto la ronda de interrogatorios en el juicio que se celebra por un presunto desvío de hasta 6,2 millones de euros de Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid, y en su comparecencia ha achacado a Matas las decisiones que adoptaba la Fundación, como el hecho de que se simularan actas de reuniones que no se habían producido y de decisiones que tampoco habían sido debatidas.
Durante su declaración en el juicio que se celebra por un supuesto desvío de 6,2 millones de euros públicos, ha recordado que conoció a Urdangarin en 1985 y fue posteriormente cuando el exduque de Palma le trasladó la posibilidad de que el Govern patrocinase el equipo ciclista Illes Balears-Banesto, además de poner en marcha una oficina para el seguimiento del mismo.
Reunión en Marivent
Tal y como ha señalado a preguntas de Horrach, Urdangarin le pidió que le comunicara esta propuesta a Matas, y fue después cuando comenzaron las negociaciones en torno a los distintos proyectos a través de numerosas reuniones, una de las cuales tuvo lugar en Marivent -con la presencia de una cuarta persona- y otras en su propia vivienda.
Más en concreto, Urdangarin, para quien la Fiscalía reclama 19 años y medio de cárcel, propuso que el Govern contratase a la mercantil Nóos Consultoría Estratégica -una de las empresas que conformaban el entramado a través del cual tanto Urdangarin como su exsocio Diego Torres se habrían apoderado de los más de seis millones de euros- para llevar a cabo las tareas encomendadas a la oficina del proyecto ciclista.
Preguntado sobre si no vio nada irregular en ello, el acusado ha respondido que «nadie puso en duda las propuestas; no le puedo decir más».
De acuerdo a las investigaciones, el Ejecutivo autonómico acabó abonando 54.520 euros para el seguimiento de la repercusión del Illes Balears; 174.000 -por parte de la fundación Illesport- por la creación de la oficina del proyecto de este equipo deportivo, y 116.566 -por parte del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) por la elaboración de material promocional del club ciclista.
Urdangarin había presupuestado la oficina del proyecto de la que se encargaría su empresa en 300.000 euros anuales aproximadamente. Ballester ha negado, no obstante, conocer cómo se articuló la contratación de Nóos Consutoría para la puesta en marcha de esta iniciativa.