El mismo día que Mariano Rajoy compareció en La Moncloa para confirmar que había rechazado la propuesta del rey Felipe VI y anunciar que no tenía intención de presentarse a la investidura como presidente del Gobierno, estalló la bomba en Génova. Horas antes de la rueda de prensa del presidente en funciones, el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid citó a declarar al Partido Popular en el caso Bárcenas por la destrucción de ordenadores. El 22 de enero, con la renuncia de Rajoy y la imputación de su partido, comenzó el viacrucis del PP: veinticuatro días de pasión traducidos en escándalos de corrupción y vetos del resto de partidos.
Tras su reunión con el Rey, Rajoy justificó que no contaba con “los apoyos suficientes” para someterse al debate de investidura para intentar conformar un nuevo gobierno. Tan solo cuatro días después, explotó un nuevo caso de corrupción. Esta vez en Valencia, uno de los bastiones de los ‘populares’. El 26 de enero la Guardia Civil puso en marcha una operación contra la corrupción en varios ayuntamientos de la comunidad, todos gobernados por el PP, en la Generalitat y en la Diputación provincial, que concluyó con 24 detenidos. Entre ellos, Alfonso Rus, expresidente de la diputación y exalcalde de Játiva. La hemeroteca retumbó por las palabras pronunciadas por Rajoy en el año 2007 en un mitin celebrado en Játiva: “¡Yo te quiero, Alfonso, coño!”, exclamó.
La investigación de la denominada operación Taula señaló a Rita Barberá, mientras Rajoy, firme y serio, se dirigió a su grupo parlamentario en el Congreso el pasado 4 de febrero para garantizar que ya no iba a “pasar ni una”. “Esto se acabó y aquí ya no se pasa ni una”, espetó. Poco después, el PP decidió mantener a la exalcaldesa de Valencia en la Diputación Permanente del Senado. De esta manera, Barberá puede conservar la condición de aforada aunque se tengan que disolver las Cortes para una nueva convocatoria electoral. No había pasado ni una semana desde la promesa de Rajoy en Parlamento. De hecho, la “protección” de la líder ‘popular’ supuso un “rechazo absoluto” entre las filas del PP, tal y como publicó Estrella Digital.
Veto del PSOE
En plena crisis interna en el PP por el asedio de la corrupción, Pedro Sánchez tomó las riendas. Tras su segundo encuentro con el Rey, el líder socialista sí aceptó el encargo y se mostró dispuesto a “sacar a España de la situación de bloqueo”. “Yo voy en serio”, sentenció el pasado 2 de febrero. El secretario general del PSOE aseguró que “miraría a izquierda y a derecha” para tratar de sellar pactos y sacar adelante su investidura. Pero no a toda la derecha. Sánchez quiso dejar claro que en ningún caso negociaría un pacto de investidura con el PP. “Sánchez se ha negado a dialogar con el PP en 17 ocasiones”, lamentó Cospedal.
Por otro lado, la relación del PP con Ciudadanos también se ha enfriado. Albert Rivera se ha mostrado partidario de favorecer la investidura de Pedro Sánchez. Además, en numerosas ocasiones se ha referido a la corrupción que rodea a los ‘populares’. Este mismo viernes, el presidente de Ciudadanos ha afirmado que ni comparte la gestión “ni la forma de entender la regeneración que tiene la cúpula del PP”. “No hay primarias, ni democracia interna, ni nadie dice nada”, sentenció Rivera.
En concreto, el líder de Ciudadanos se ha referido al nuevo escándalo que salpica al PP que explotó este jueves, el mismo día que el expresidente Balear, Jaume Matas, acudió a declarar por su implicación en el 'caso Nóos'. El exdirigente 'popular' se enfrenta a una petición del fiscal de 11 años de cárcel por un delito de malversación en concurso con prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración Pública.
Los 24 días de pasión del PP han culminado con el registro que ha efectuado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil este jueves en la sede del Partido Popular de Madrid por orden de la Audiencia Nacional, en el marco de la Operación Púnica. “Mientras ellos se empeñen en ser así, España está dando pasos adelante para ser de otra manera. Quien no sabe limpiar su partido, no puede limpiar España de corrupción”, ha criticado Rivera.